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25 metros, bidones y p***s selfies

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Parecía que teníamos un Tour de Francia tranquilito en cuanto a montoneras y caídas evitables. Nos congratulábamos que el diseño del recorrido de esta edición no estaban produciendo esas montoneras durante las primeras etapas de la ronda gala que acaban provocando dramáticos abandonos prematuros.

Se nos ha acabado la alegría a finales de la primera semana. Ayer, media docena de ciclistas se fueron a casa bien magullados y el Tour se vio obligado a neutralizar la carrera para no quedarse sin ambulancias durante el transcurso de la carrera.

25 metros de seguridad

Después, vino el show de las motos, primero parando uno de los ataques de Pogacar y luego entorpeciendo a Carlos Rodríguez, que no sabia por qué lado adelantar a la moto cuando arrancaba su cambio de ritmo que le valió al final su enorme triunfo de etapa.

La normativa establece 25 metros de seguridad entre motos y ciclistas, pero no parece que sea una norma ni muy respetada ni muy posible.

Sobre todo en esos ascensos infernales para las piernas de los ciclistas en los que circulan a escasos centímetros de los aficionados/as y en donde las motos juegan un papel fundamental para “abrir y limpiar” la carretera de aficionados dejándo así un espacio mínimo para el transcurrir de los corredores.

Ayer, la moto de la televisión francesa y del fotógrafo de l’Equipe se encontraron con una bonita multa de 500 francos suizos, pero lo que es peor, la prohibición de seguir la etapa de hoy.

Cuando aprieta la sed

Hoy, una moto ha entregado un bidón en pleno descenso -y en curva- al ciclista letón del Israel Krists Neilands, ¿qué podía pasar? pues que ha acabado dándose de bruces contra el asfalto. Y suerte del murete que ha parado al ciclista, porqué si no iba directo terraplén abajo acabando vete a saber si en Letonia.

Aquí, los dos han pecado de imprudentes, pero vaya, ¿quién tiene el cerebro al 100% bajando a rueda intetando aguantar el ritmo de un monstruo como Wout Van Aert?, normal que le coja sed.

El fuckin’ selfie 

Y la más lamentable y evitable de toda la colección de caídas, la de hoy en el kilómetro 40 de esta decimoquinta etapa.

Hacerse un selfie con el pelotón del Tour de Francia cuando pasan a 50 kilómetros por hora, madre de dios qué idea tan brillante.

El brazo de un aficionado -más enganchado al Instagram que al ciclismo- ha acabado impactando con la palanca del freno del manillar del corredor del Jumbo Sepp Kuss (como si no tuviera suficiente con las arduas tareas de gregario de Jonas Vingegaard…) ha tenido que soportar el leñazo provocado por el imprudente espectador (nos vienen a la cabeza más adjetivos).

Su compañero Van Hooydonck ha sido el mayor perjudicado en una caída donde se han visto involucrado alrededor de 20 ciclistas más.

El estadounidense afincado en Girona ha achacado a su cansancio el no haber esquivado el derechazo del espectador “Debido al cansancio disminuye nuestro estado de alerta“. Solo falta eso, tener que ir pensando en esquivar selfies, ¿qué será lo siguiente?

El mandamás del Jumbo, Richard Plugge mostraba así su enfado a través de Twitter “Quédate en casa si no respetas a los ciclistas

Bienvenida la jornada de descanso.


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