REAL MADRID

Desmontando el efecto Zidane

Los méritos del técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane, en la conquista de la undécima Champions League son menos evidentes de lo que parece

Zidane levantó la Champions en Milán

Zidane levantó la Champions en Milán / sport

Francesc J. Gimeno

El francés Zinedine Zidane, técnico del Real Madrid, se ha ganado un lugar privilegiado en el olimpo del madridismo tras la conquista de la Champions League, aunque sus méritos no son tan evidentes como podría parecer. En la Liga el equipo madridista sólo fue capaz de subir un escalón en la clasificación -ocupaba la tercera posición en el momento del cese de Benítez- tras superar al Atlético en la penúltima jornada y en la Liga de Campeones se alzó con el título después de haber tenido a la suerte como gran aliada en los sorteos de las tres eliminatorias previas a la final. Los blancos apenas tuvieron que esforzarse para acceder a la final al disponer de un calendario comodísimo por obra y gracias de unas bolas muy complacientes.

La trayectoria de Zidane desde que aterrizó en el banquillo del Santiago Bernabéu el pasado 4 de enero ha estado marcada por una serie de decisiones que apenas se distinguen de las que tomó en su día su predecesor en el cargo, Rafa Benítez. La diferencia es que el francés ha sabido ganarse la complicidad de sus jugadores, mientras que éstos estuvieron a la greña con el técnico español por una cuestión de carácter.

aportación similar

Pese a que las estadísticas de Zidane son sensiblemente mejores que las de Benítez a nivel global, la aportación de ambos ha sido muy similar a la hora de decidir las alineaciones. El francés llegó a la misma conclusión que su antecesor y acabó apostando por el brasileño Casemiro en lugar de Isco o James Rodríguez para dar solidez al centro del campo. Zidane también acabó recurriendo a Lucas Vázquez como cuarto delantero, igual Benítez, pese a que en sus primeros partidos apenas le dio oportunidades.

Su única decisión personal fue decantarse por Dani Carvajal como lateral derecho titular por delante de Danilo. El brasileño fue la elección obligada de Benítez para tener contento al presidente madridista, Florentino Pérez, que se había gastado 30 millones de euros en el capricho. Deportivamente, en cambio, no había color.

El único cambio significativo entre el Madrid de Benítez y el de Zidane ha sido la actitud de los jugadores. El francés subo ganarse la complicidad del vestuario y eso le ha llevado a la cima. Pese a las doce victorias consecutivas conseguidas en la Liga, el Madrid de Zidane se quedó cortó para desbancar al FC Barcelona y alzarse con el título. Y en la Champions la suerte no se separó del lado del francés desde la primera eliminatoria ante la Roma. Ningún rival le exigió hasta la final y allí contó una vez más con la ayuda del árbitro y de las diosa fortuna, que le iluminó en la tanda de penaltis. La del Real Madrid fue una de las trayectorias menos brillantes que se recuerdan en la máxima competición continental.