SUPERCOPA

El Calderón, a por el Madrid

Con el 1-1 de la ida, el Atlético tendrá el apoyo de su afición para cerrar la Supercopa y poner al Real Madrid en su sitio

Estas son las posibles alineaciones de la vuelta de la Supercopa

Estas son las posibles alineaciones de la vuelta de la Supercopa / sport

Alejandro Alcázar

Segundo y definitivo capítulo de la Supercopa con ventaja de campo y resultado para el Atlético de Madrid. El empate a uno del Bernabéu otorga un pequeño margen a los rojiblancos para llevarse el título avalado en su solidez defensiva y equilibrio de líneas. Un Atleti que afronta el reto de volver a maniatar a las estrellas blancas para anular su verticalidad y desestabilizar la confianza en su potencial individual.

Será otro derbi caliente, que promete tensiones, agresividad y fútbol al límite, sello con el que aparecen estos partidos de la máxima desde que Simeone se hizo cargo del cuadro rojiblanco. Los colchoneros ya no regalan nada, abrazan la idea competitiva transmitida por el Cholo, porque al enemigo ni agua y más si es el Real Madrid. Un rival al que no ganan en casa desde el siglo pasado, 1999, lo que provoca respeto, sobre todo porque los blancos anunciaron la presencia de Cristiano Ronaldo, pero también energía para acabar con algo que va para leyenda negra. Y acabar con ella significaría ganar el primer título de la temporada, la Supercopa. Un trofeo que también se adjudicaría con un 0-0 tras el 1-1 del partido de ida.

Ambiente infernal

El Vicente Calderón será una olla a presión para los blancos. Un estadio que llevará a los suyos hasta donde haga falta. Una ocasión única para acabar de merendarse a un rival sumido en las dudas tras el partido del pasado martes en el que no le dio ni un respiro. Un Atlético que tiene clara su misión en el campo para desactivar a tanto galáctico y si hace falta rascar, pues se rasca y, de paso, se desquicia a un contrario que emocionalmente se deshilacha como una madeja cuando se le impide torear con arte. Un estadio a reventar con una afición entregada a sus once jabatos, que tienen ante sí la oportunidad de alcanzar la venganza idónea de la Champions perdida. Ver sufrir a los blancos es uno de los capítulos más importantes del catecismo que promulga Simeone. Un técnico que sabe meter el dedo en el ojo cuando se trata del equipo merengue, al que maltrata dentro y fuera del campo con sorprendente habilidad. 

El Cholo repetirá conceptos, será fiel al estilo que le hace tan peligroso: rigurosidad táctica, concentración defensiva y apariciones fulgurantes en ataque que destruyen al rival. Su once será similar al del Bernabéu, aunque Tiago podría entrar en el puesto de Saúl Íniguez para intentar dar más consistencia al centro del campo. 

En el otro rincón espera el Ancelotti más áspero de los últimos tiempos. Quizá incómodo por no saber si tiene o no cerrada la plantilla cuando se juega un título, el más importante del verano pero el de menos valor de la temporada, como definió Mourinho a la Supercopa. El italiano no da pistas del once, nadie es imprescindible pero tampoco prescindible como a él le gustaría en el caso Di María. 

Y no da pistas sobre el once porque es un mar de dudas. ¿Casillas o Keylor? ¿El que juegue será el titular? Dice que Cristiano estará, pero puede que no juegue, aunque si está es porque va a jugar, o eso dice Carletto. ¿James o repetir el trivote Modric-Xabi-Kroos? Tampoco lo tiene claro, porque con el colombiano el Madrid encontró más caminos para invadir el área rojiblanca en el duelo de ida. 

¿Y Di María? Sí. A Ancelotti le gustaría poder tener la duda de si ponerle o no por desequilibrante. Pero el argentino se quiere ir y políticamente no sería correcto. Cosas raras que Ancelotti no digiere, aunque no le tiemble el pulso para mandar a Khedira a la grada porque tiene relevos en esa parcela. Demasiadas incógnitas por resolver que se refleja en el campo y en un solo triunfo en seis partidos.