Todos tienen su parte de culpa

Y ante el Zalgiris y el Bilbao volvió a ser la misma historia. Otra derrota más, otra demostración de la falta alarmante de carácter que tiene este equipo, una nueva prueba más de la mala planificación, la llegada del enésimo ‘parche’ en forma de fichaje y otra lesión. ¿Es normal un número tan elevado de percances físicos una misma temporada? Lesiones aparte, hay que preguntarse de quién es la culpa de la actual crisis de resultados del Barça. Y están repartidas. Con uno de los presupuestos más elevados de la Euroliga no se ha sabido gestionar con inteligencia la confección de un equipo que carece de identidad y de líderes. Y ahí los directivos de la sección tienen una gran parte de responsabilidad. ¿Fue acertada la renovación millonaria de Tomic? ¿Y la de Doellman? ¿Por qué se ha repescado de nuevo a Diagné? ¿La apuesta por jugadores de la D-League que nunca han jugado en Europa es la mejor solución? Cuesta entender algunas decisiones. Giorgios Bartzokas, por su parte, asumió una parte de culpa. Es obvio que se le ha presentado el escenario más adverso posible, pero está siendo incapaz de cambiar la mentalidad de sus jugadores. Acostumbrados a guerreros como los que tenía en el Olympiacos cuyo espíritu de lucha era innato en su ADN, en el Barça tiene que lidiar con todo lo contrario. Sin embargo, el griego tiene que ser capaz de recuperar moralmente al equipo, y los jugadores sacar de una vez por todas el orgullo. ¡Cómo se echan de menos a jugadores recientes como Mickeal, Basile o Grimau! Eran pura intensidad. Vezenkov es de los pocos que intenta tirar del carro. Rice lo hizo a principio de temporada, pero ahora se le ve sin batería. La Copa está a la vuelta de la esquina y el cambio de chip es obligado. Si no, la temporada se hará eterna.