Joan Laporta espera agazapado la caída de Bartomeu

Hay silencios que hablan, y mucho, por sí mismos. Por ejemplo, el ‘silenzo stampa’ de Joan Laporta ante el anuncio de Agustí Benedito de poner en marcha la maquinaria del voto de censura contra Josep MarIa Bartomeu y su junta directiva… siempre y cuando el sondeo previo que está llevando a cabo Benedito, vía adhesiones en internet, le permita vislumbrar un atisbo de éxito. Laporta, que ha sido el azote de esta junta en los últimos tiempos, y mucho más después de cerrarse definitivamente el caso de la Acción de Responsabilidad, no ha querido significarse públicamente a favor de Benedito. A priori, y desde fuera, podría entenderse como algo lógico y natural que ambos unieran fuerzas con el objetivo común de derrocar a Bartomeu. Sin embargo, los métodos y los ‘tempos’ de uno y otro son muy diferentes.

El expresidente, según amigos muy próximos a él, está firmemente convencido de que Bartomeu caerá por sí solo y que no acabará su mandato, que vence el 30 de junio de 2021. Laporta, por lo tanto, también se apunta a ese rumor ya consolidado en los últimos meses que dice que Barto terminará renunciando hastiado de la presión del cargo y de las insatisfacciones que produce.

Que nadie dude que Laporta quiere volver a la presidencia del FC Barcelona. Y si, en su día, así lo decidieran los socios, lo haría yendo de la mano de un elenco de destacados exjugadores, como Carles Puyol, Xavi Hernández, Éric Abidal… El Twitter de Puyol en la boda de Víctor Valdés fue toda una declaración de intenciones. El preludio de lo que se podría avecinar. Lo tienen todo, o casi todo, apalabrado y madurado.

Laporta, volviendo al inicio, respeta la iniciativa de Benedito, pero no quiere que se le vincule ni con el excandidato ni con este proceso de reprobación que ha iniciado contra la junta actual. Primero, porque considera que tal y como está plasmado el voto de censura en la redacción de los estatutos del FC Barcelona es absolutamente imposible recoger 16.500 firmas en catorce días y, por lo tanto, representa un esfuerzo baldío. Vamos, como darse de cabeza contra una pared. 

Piensa, además, que el club, con esa modificación estatutaria (adaptada a lo que dicta la Ley del Deporte), queda blindado. Y segundo, porque, a pesar de compartir muchas de las razones por las que Benedito ha dado este paso, lo ve más como una promoción de su imagen personal de cara a un futuro proceso electoral que como verdadera herramienta de acoso y derribo a Bartomeu. El entorno azulgrana sigue en plena ebullición, sin sosiego alguno, mientras que desde las entrañas del FC Barcelona continúan sin entender a qué viene esta moción de censura de Benedito y la voracidad de las acusaciones de Laporta, máxime cuando Bartomeu se ha esforzado en los últimos años en cerrar heridas y carpetas. Parece que eso no basta.