Un regalo 'envenenado'

Neymar tendrá cinco días más de vacaciones. Un regalo de Luis Enrique por el oro olímpico. El brasileño, que lleva tres meses y medio sin pisar el Camp Nou, no regresa a Barcelona con su compañero Rafinha. Se queda en su país para jugar ahora con la selección absoluta. Tras los Juegos llega la clasificación para el Mundial 2018 de Rusia. De momento, se perderá seguro el partido de Liga de la segunda jornada contra el Athletic. Y es muy probable que, cuando regrese, no sea directamente titular. Le tocará un paso por el banquillo (corto, seguro) antes de descabalgar a Arda Turan del nuevo tridente. Y es que 107 días sin vestir de blaugrana son muchos. Demasiados. Tantos como una tercera parte de la temporada… Neymar jugó su último partido con el Barça el 22 de mayo. Fue la final de Copa. Después vino la celebración del doblete. Y las vacaciones. Unas vacaciones eternas, salpicadas por unos Juegos Olímpicos que han sido terriblemente exigentes para el crack brasileño. Porque no le valía otro resultado que el título. Después del estrepitoso fracaso en el Mundial, el oro se había convertido en el único bálsamo para la siempre exigente hinchada brasileña. Afortunadamente (para Brasil y para su propia persona), Neymar fue decisivo en la final y ganó un oro que estaba obligado a ganar. La tensión acumulada en Río le pasó factura, con bronca incluída con algún aficionado. Por eso ahora unos días de descanso extra no le irán nada mal.

TRATO ESPECIAL. Aunque habrá gente (ya la hay, de hecho,) que considerará excesivo el regalo de Luis Enrique. Para muchos, no se merece este trato tan especial que hasta ahora solo estaba reservado a Messi. Y, para otros, es un regalo ‘envenenado’ porque también puede ser la excusa perfecta del entrenador asturiano para dejar a Neymar en el banquillo más tiempo del esperado. Sería una curiosa manera de gestionar el regreso del crack brasileño. Y muy rebuscada, la verdad...