MI PARTIDO

El agujero negro de Messi pesa mucho

Josep Maria Casanovas

PINTAN BASTOS. El Barça suspendió el examen de Bilbao ya que encajó la segunda derrota consecutiva en cinco días. Pintan bastos. Este Barça no tiene talla de líder. La ausencia de Messi deja un agujero negro en el equipo que ningún otro jugador es capaz de cubrir. Decimos cubrir ya que sustituir al argentino es imposible. Ni Neymar, ni Cesc, ni nadie. Acudieron a San Mamés con el deseo de hacer olvidar el fiasco de Amsterdam pero se quedaron con las ganas. Jugaron mejor que contra el Ajax pero no fue suficiente. Un solo chut entre los tres palos demuestra una impotencia goleadora preocupante. Lo peor de todo fue que el Barça no tuvo capacidad de reacción tras el gol de Munuain, faltaban veinte minutos y los cambios tampoco aportaron nada bueno.

NEYMAR NO DEFINE. El Athletic de Valverde utilizó el pressing como arma anti-Barça. Es una táctica que han aprendido los rivales. Fuerza, coraje y presión para que Xavi e Iniesta no puedan jugar a su aire. Lo mismo que hizo el Ajax. En situaciones así, los recursos técnicos no aparecen, no hay soluciones desde el banquillo. Da la sensación de que el equipo está encallado, que este no es el Barça del primer tercio de la Liga. Está claro que acusa las lesiones, pero algunos jugadores como Mascherano han perdido la confianza y otros como Cesc no encuentran la posición en el campo. La esperanza de que Neymar sacara las castañas del fuego, se va diluyendo. No se le puede criticar su actitud, ni su entrega. Pero no está fino en la definición, de cara a gol no acierta y esto crea cierta frustración.

LA PUTA REALIDAD. Vamos a ser realistas. Al Barça actual no se le pueden pedir milagros. Ni se puede esperar que recupere el nivel excepcional de los mejores tiempos, ni que sea fiel a un estilo sin tener los jugadores en forma. Mal que nos pese, la presión por ganar está traicionando las raíces de este equipo. Entramos en una etapa donde no queda otra esperanza que la vuelta de los lesionados y mientras tanto hay que ir capeando el temporal. La famosa Messidependencia no era un invento, era la cruda realidad. Si sacamos los goles de Leo el Barça pierde su magia para quedarse simplemente en un buen equipo. Es duro reconocerlo, pero es la ‘puta realidad’ que diría Guardiola.