RCD Espanyol

Duarte: "Los galones se ganan en el campo, no hablando"

El internacional por Costa Rica ha frenado la sangría que el Espanyol tenía en su línea defensiva 

La llegada de Óscar Duarte ha dado luz a la defensa blanquiazul

La llegada de Óscar Duarte ha dado luz a la defensa blanquiazul / sport

Juan Carlos Gracia

La llegada de Óscar Duarte al Espanyol no ha podido ser más esperanzadora. El equipo arrastraba un problema, un importante problema, en defensa y el internacional por Costa Rica ha demostrado en apenas dos actuaciones que puede ser la solución a los males.

Este futbolista, con tiempo y con más adaptación, puede hacer olvidar a Héctor Moreno. “Solo puedo tener palabras de elogio y agradecimiento en estos primeros días”, dice como arranque de la entrevista. “El vestuario me ha recibido muy bien y solo estoy confirmando las buenas expectativas que ya tenía del Espanyol cuando decidí venir”, añade. “El ambiente es excelente y el club me ha transmitido muy buenas sensaciones”, matiza. Barcelona es también un factor a su favor. “Ya la conocíamos, mi mujer y yo estuvimos un fin de semana hace un año y nos encantó”, dice. 

EL JEFE

EL JEFE

El Espanyol necesitaba urgentemente un central que mejorase el juego aéreo y la salida de balón y fuese, tácticamente hablando, equilibrado. Óscar Duarte está cumpliendo con lo exigido en estas primeras semanas. Tiene pinta que pronto será el jefe. “La competencia es buena y el nivel de los compañeros es alto. Un futbolista se gana los galones trabajando y en la cancha, no hablando en una entrevista”, apunta con una amplia sonrisa. “He venido a sumar, a colaborar en el éxito del equipo”, agrega. Duarte no tiene la menor duda de “el Espanyol se salvará”. Y tiene argumentos: habla de la calidad de la plantilla, del buen ambiente “y de la fortaleza que mostró el equipo ante el Deportivo. Era un momento muy delicado y jugamos muy bien”, recuerda. No se olvida de la afición. “Me habían avisado, pero fue increíble; desde que saltamos a calentar nos vimos muy apoyados”. Óscar no ha tenido un camino de rosas.

Ni sus inicios en Costa Rica ni cuando, con mucha valentía, decidió pasar una prueba en el Brujas. “Nunca lo tuve fácil, pero desde el primer día supe que uno debe tener la cabeza fuerte para alcanzar los sueños”, reconoce. Y el suyo “era estar en Europa. Estuve en Bélgica y ahora he dado un paso más al venir a una institución de la historia y del potencial del Espanyol”.