Mascherano y las distintas maneras de ganar

Ahí estaba el ‘jefecito’. Se le veía bien, pero si le mirabas fijamente a los ojos, igual estaba algo dolido. Se ha fiado de gente que no debía fiarse, ha confiado en gente que debía de asesorarle a pagar sus impuestos y le han llevado por el mal camino. Y ha pagado una factura, personal, moral, de imagen, que le ha dolido muchísimo más que el dinero. Porque para Javier Mascherano no todo se puede pagar con dinero, no. El ‘jefecito’ nos ayudó ayer a la ‘canallesca’ que nos juntamos cada año (bueno, jamás nos separamos) para, pese a lo malos que somos, trabajar un ratito (bueno, algunos trabajan varias semanas) en beneficio de alguien que necesita nuestra modesta ayuda. Es lo que todos ustedes conocen como ‘Relatos solidarios’, el libro que se vende cada año en El Corte Inglés y que, en su última edición, ha estado dedicado, de la mano del padrino Mascherano, a la investigación del síndrome de Rett.

EL SÍNDROME DE RETT es una enfermedad congénita que afecta, la gran mayoría de las veces, al sexo femenino. La enfermedad, que no es evidente en el momento del nacimiento, se manifiesta generalmente durante el segundo año de vida, y en todos los casos antes de los cuatro años. Afecta, aproximadamente, a una niña de cada 10.000. Puede observarse retraso grave en la adquisición del lenguaje y de la coordinación motriz, así como retraso mental grave o severo. La pérdida de las capacidades es, por lo general, persistente y progresiva, y provoca que la niña afectada necesite ayuda el resto de su vida.  ‘Masche’ ha salido en defensa del juego resultadista que, a menudo, practica el campeón. “El equipo ha evolucionado, sabe sufrir. Antes nos costaba ganar estos partidos”, sentenció el ‘jefecito’, que concluyó con una sentencia aclaratoria alrededor de la verticalidad, la velocidad, la mortalidad del contragolpe azulgrana. “Otra de las grandes variaciones del Barça actual es que no necesitamos elaborar tanto como antes, pues, delante, contamos con jugadores determinantes en los últimos 30 metros”. Palabra de Mascherano.