SOBRE EL TERRENO

Falló Martíno, sí, pero también Messi & Cía

Emilio Pérez de Rozas

LO VES, ya te lo decía yo, y tú, que no, que saldrán adelante, que son buenos, que aún pueden estirar este sueño más tiempo, que aún son líderes en todo, que mira cómo han ganado en Manchester. Tú sin querer ver la realidad, que no están redondos, que las ‘vacas sagradas’ no están a tope, que se ausentan (mira el partido de Messi y Neymar en Anoeta), que ni siquiera Busquets es ya fiable, que no juegan como si les fuese el título, como si pensasen que no pueden fallar, que no, que no, que no.

Se lo dije, se lo comenté, ni siquiera el día (sábado) que estalla el WhatsApp a nivel mundial, que se produce la avería de los 14.000 millones de euros, mis colegas, amigos, dejan de torpedearme y de recordarme que mi fe en este equipo no tiene sentido. Y yo, cómo no, tengo que darles la razón. ¿Por un día? ¿por un partido? ¿por una derrota? No, por cómo perdió el Barça, que fue lo más lamentable. Y no me referiré, no, a la ácida crítica de Víctor Valdés (“nos faltó actitud”, es decir, debimos de querer ganar tanto o más que la Real y no fue así), sino al error que parte de Gerardo ‘Tata’ Martino, que está bien que lo reconozca, pero mejor es que no lo cometa.

Porque fue Martino quien dijo, antes de viajar al vital duelo de Sevilla, que se habían acabado las rotaciones ¿entonces? ¿por qué regresan ante uno de los peores rivales? No lo entiendo. Como tampoco entiendo que el Tata construyese esa alineación pensando en la Real, en sus rápidos puntas. Ha de ser el rival quien se preocupe del Barça y no al revés. El técnico del Barça ha de avisar a los suyos de por dónde puede llegar el peligro, pero no hacer la alineación pensando en el rival. Ni en la Real ni en ninguno. Si había una semana de descanso después de Anoeta, repitamos el once que funciona. Y no inventemos. Que inventen ellos, los demás, los rivales, que bastante preocupados estarán cuando vean el equipo de gala.

Y respecto a dejarse la vida, pues sí: hay que preparar cada partido como si fuese el último y jugarlo como si fuese la final de la Champions. Porque, veamos, alguna culpa tendrán Messi & Cia de lo que ocurre. La misma que cuando ganan. Es decir, toda.