Copa del Rey 1989-90

La Copa del Rey que salvó la cabeza de Cruyff

La Copa del Rey de 1990 fue el primer título del mítico 'Dream Team' de Johan Cruyff

El Barça venció en la final de copa al Madrid

El Barça venció en la final de copa al Madrid / sport

Ricard López

De la mano del técnico holandés Johan Cruyff, el club azulgrana vivió una de las épocas más brillantes y laureadas de su historia. Su fichaje en 1988 dio paso a una etapa llena de éxitos, en la que los catalanes conquistaron cuatro Ligas consecutivas (1991, 92, 93 y 94) y la primera Copa de Europa de su historia (1992), entre otros títulos.

Y el primero de esos títulos resultó ser uno de los más relevantes ya que, sin él, probablemente Cruyff no hubiera seguido en el banquillo. La Copa del Rey de 1990 salvó al 'Flaco' de una más que probable destitución tras haber saldado en blanco sus dos primeras campañas al frente del equipo.

Esa anhelada Copa acabó en las vitrinas del Camp Nou en un momento muy delicado, y marcó el inicio de una nueva era: la del denominado 'Dream Team'. Un equipo mágico, no sólo por el palmarés que obtuvo hasta su final en 1996, sino por su estilo de juego revolucionario, decididamente ofensivo, de toque y espectacular. Su filosofía podía resumirse en una frase de su creador: "Si tú tienes el balón, el rival no lo tiene". Toda una declaración de principios.

Los LaudrupBakeroSalinas y compañía iniciaron su camino al olimpo azulgrana eliminando al Athletic en los octavos de esa Copa del Rey de la temporada 1989/90. Los 'leones' cayeron por la mínima en la ida (0-1) y en la vuelta (1-0) gracias a sendos tantos de penalti de Ronald Koeman, todo un especialista desde los once metros.

Ya en cuartos, a los catalanes les tocó lidiar con la Real Sociedad. Probablemente, la eliminatoria más difícil de todas ya que, pese a ganar en la ida por 0-1 con un tanto de Julio Salinas, la vuelta en el Camp Nou fue una pesadilla. El Barça se clasificó en la prórroga después de que los 90 minutos reglamentarios terminaran 2-3 -en aquella época, no se tenían en cuenta el valor doble de los goles en campo contrario-. Bakero y Laudrup, en dos ocasiones, hicieron inútiles las dos dianas de Aldridge (3-3).

Tampoco fueron fáciles las 'semis', donde el Valencia fue un hueso duro de roer. En la ida, el Barça tuvo que remontar un 0-1 adverso gracias a un tanto de Koeman de penalti y otro de Roberto (2-1). Y en la vuelta, el central holandés empató providencialmente de falta a diez minutos de la conclusión (1-1).

El Barça llegaba a la final sin ser favorito, ya que en ella le esperaba el Real Madrid de la 'Quinta de Buitre'. Un equipo que ganaba una Liga tras otra -hasta cinco consecutivas-, y en el que jugadores como Butragueño, Martín Vázquez o Hugo Sánchez causaban estragos en las defensas rivales.

Pero el 'Dream Team' de Cruyff supo dar con la horma de su zapato. Y de qué manera. Fue una final épica, espectacular y vibrante, en la que pasó prácticamente de todo. El juego del Barça desquició al Madrid. A la media hora, Hugo Sánchez lesionó a Aloisio dándole un plantillazo, y Serna tuvo que sustituirle. Ya al filo del descanso, se produjo una jugada clave. El árbitro, García de Loza, expulsó a Fernando Hierro por doble amonestación. El central malagueño había visto la primera amarilla en el 25' por una acción violenta sobre Laudrup; y la segunda en el 45' por otra entrada sobre Roberto.

El Madrid pagó caro jugar en inferioridad durante la segunda mitad. Y aún tuvo suerte de que el colegiado no expulsara a Sanchís por darle un puñetazo en la barriga a Julio Salinas en el 52'. Su error fue doblemente grave pues, en lugar de eso, amonestó al azulgrana al interpretar que fingía.

Los goles se hicieron esperar. Guillermo Amor marcó el 1-0 en el 68', cabeceando a placer en el área un pase de Begiristain, después de que Buyo rechazara un trallazo de Koeman. Y Julio Salinas puso la puntilla en el descuento, culminando una acción de Miquel Soler (2-0, 91').

El triunfo fue claro e inapelable, aunque algunos jugadores del Madrid no supieron digerir la derrota. Fue el caso de Chendo que, al acabar el partido, tuvo una grave salida de tono: "Hemos jugado la final contra un equipo extranjero y la hemos perdido. Lo que me molesta es que la Copa se la ofrezcan a unos que no se sienten españoles", afirmó a la cadena SER. Días después matizó sus palabras en rueda de prensa indicando que se refería sólo a una parte minoritaria de la afición culé.

Lo cierto es que ese título de Copa del Rey marcó un cambio de ciclo en el fútbol español. La 'Quinta del Buitre' iniciaba su declive -su entrenador, John Benjamin Toshack, llegó a cargar, sin citarlos, contra Butragueño y Hugo Sánchez-. Y el emergente 'Dream Team' tomaba la hegemonía.