Polonia no olvida la represión nazi

Jordi Blanco

El Legia de Varsovia fue eliminado por el Astana en la tercera eliminatoria previa de la Champions League en un partido dramático desde un punto de vista deportivo (el equipo polaco venció 1-0 tras haber perdido 3-1 en Kazajistán) pero que tuvo unos prolegómenos muy especiales, al recordar el club local el levantamiento de agosto de 1944 contra las tropas nazis en Varsovia.

Una coreografía gigante mostró en uno de los goles una imagen impactante: un soldado del ejército alemán apuntando con una pistola a la cabeza de un niño, guardándose un minuto de silencio que desembocó en el canto generalizado de una canción patriótica polaca.

El hecho conmemoró el levantamiento de Varsovia, el uno de agosto de 1944, contra la represión alemana en la capital y que desembocó en una represión salvaje en que los nazis, por orden de Hitlermataron a más de 180.000 personas, muchas de ellas niñas y niños, en las calles de Varsovia.

El levantamiento duró dos meses y provocó la muerte de 180.000 personas

Hitler ordenó la destrucción total de la ciudad para apagar cualquier foco de resistencia en los territorios ocupados por Alemania, que culminó el dos de octubre de aquel año con una salvaje represión indiscriminada.

Este dos de agosto, antes del saque inicial en el encuentro entre Legia y Astana, los futbolistas de ambos equipos se unieron en un sentido abrazo silencioso que se convirtió en una canción de homenaje a aquel suceso que Polonia no olvida. Y que motivó una de las imágenes más emotivas de la jornada europea.