fc barcelona

La pasión de Robert

Lleva el fútbol en las venas, al Barça en el corazón y, cuando sus obligaciones se lo permiten, se viste el maillot, coge la bicicleta y sale a la carretera

sin-ttulo-1

sin-ttulo-1 / sport

Toni Frieros / Javi Giraldo

Ha recorrido toda España y toda Europa viendo partidos de fútbol y siguiendo jugadores. Sería difícil encontrar a un secretario técnico con tanta cultura futbolística y conocimientos. Su vida reciente cambió cuando le llamó personalmente Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona, para hacerse responsable de la secretaría técnica del primer equipo del Barça. Ese es el Robert Fernández que conocemos. Un brillante exjugador, niño prodigio en el Villarreal y Castellón y consolidado como profesional e internacional en el Valencia y en el Barça. Una vez hubo colgado las botas en el Córdoba, y mientras seguía vinculado al mundo del fútbol, emergió con fuerza de su interior una pasión que llevaba dormida desde que era niño en su Betxí, su pueblo natal: el ciclismo de carretera.

SPORT ha compartido con Robert Fernández esa pasión, saliendo con él desde la Ciutat Esportiva del FC Barcelona hasta la carretera de Vallvidriera, en el Parc de Collserola. Y nos habló, largo y tendido, del perfil más desconocido de su personalidad. ¿De dónde le viene este amor por el ciclismo?                                                                                                                                                                                De mi padre, José. Fue ciclista amateur, pero la Guerra Civil le impidió seguir con su afición. Y cuando dejó Asturias para irse a vivir a Betxí, mi pueblo, puso un taller de reparación de bicicletas. Pero usted se hizo futbolista... Mi padre me regaló una bicicleta y mi hermano mayor, Pedro, un balón de fútbol. Él me decía: “En el ciclismo se sufre mucho y no se gana dinero”. La verdad es que aquella pelota que me regaló me cautivó porque a los doce años ya solo pensaba en el fútbol.

Le fichó el Villarreal...

Sí y muchas veces iba y regresaba en bicicleta desde mi pueblo, que está al lado. Mi padre, muy a menudo, me pedía que aprovechara el viaje y le comprara algunos recambios para el taller.

Y siendo ya futbolista, ¿seguía el ciclismo?

Siempre, siempre me interesó. Seguí mucho a Perico Delgado y, cómo no, a Miguel Indurain. Intenté no perderme ninguna clásica, como el Tour de Francia, el Giro o la Vuelta. Disfrutaba viéndolo.

¿Le hubiera gustado ser ciclista?

Creo, humildemente, que también hubiera llegado a ser un buen profesional, porque tenía condiciones físicas, y carácter, para serlo.

¿Cómo ‘volvió’ a la bici?

Estando ya retirado, en Valencia, empecé a coger peso. Un amigo de mi pueblo salía y me animé a acompañarlo. Y ya no lo he dejado. Es una actividad física que le recomiendo a todos los exfutbolistas.

¿Por qué?

El fútbol y el ciclismo son dos deportes antagonistas. No tienen nada que ver. El ciclista es un tipo muy especial. De entrada, es un deporte individual. Y lo más importante: es muy exigente. 

Y el fútbol no...

No digo ni que sea peor ni mejor, pero la capacidad de sacrificio y el nivel de preparación que tiene un ciclista no la tiene un jugador. El ciclista sufre en la bici.

Pues si no disfruta ya me dirá...

Primero se sufre y luego se disfruta. El ciclista va al límite y vive situaciones extremas. Son dignos de admiración, de verdad. Los he visto subir en directo los grandes puertos y son extraordinarios. Todos...

¿Y cual es su caso?

Lo he pasado fatal muchas veces. He puesto el cuerpo tan al límite que he estado cerca de marearme. Pero la sensación de subir esas rampas, esos puertos, es inenarrable, maravillosa.

¿Hace bicicleta de montaña?

No, porque le cogí bastante miedo. Me caí dos veces, pude haberme hecho mucho daño, y no la he vuelto a coger.

¿Sale cada semana?

Ahora llevaba un mes sin coger la bicicleta. Normalmente tengo que salir los días de cada día porque casi todos los fines de semana estoy viajando y viendo partidos. Intento por lo menos salir un par de veces.

¿No daría Luis Enrique el OK a su incorporación porque es ciclista como usted? Es broma...

(Risas) ¡Nooo! Precisamente, y casualidades de la vida, le conocí por primera vez en la inscripción de la ‘Quebrantahuesos’ de hace unos ocho años. A Unzué ya le conocía mucho porque fuimos compañeros en el Barça.

¿Sale con ellos a correr?

Alguna vez, pero tanto Luis Enrique como Juan Carlos están en otro nivel del mío. Ellos son División de Honor y yo Segunda B (risas)...

Es curioso que también les una esa afición...

Y a los tres nos viene muy bien para desconectar de una profesión que llevas tan interiorizada como es el fútbol profesional. Muchas veces acabamos las reuniones que tenemos hablando de ciclismo, si vamos a subir aquí, allí. En fin, todas esas cosas.

Dos pasiones, Barça y bici.