Tras los Juegos se puede acelerar su fichaje

Obligados a vender a Neymar

Desprenderse de Neymar ahora parece ser la única solución para reflotar a un Santos que no levanta cabeza

Joaquim Piera

Corren malos tiempos en la Vila Belmiro, la tradicional sede del Santos. El discurso triunfalista, alimentado por el 'efecto Neymar' y potenciado por su mediático presidente Luis Álvaro de Oliveira, ha dado paso a la depresión. En un mes y medio se ha pasado de la euforia desmesurada de un equipo que estaba haciendo historia, a un presente tétrico y un futuro aún más oscuro. Urgen medidas radicales, y una de ellas es vender a Neymar, ahora o el próximo verano, porque en el 2014 va a salir con la carta de libertad.

La eliminación en las semifinales de la Copa Santander Libertadores, ante el más acérrimo rival, el Corinthians, que a la postre acabó llevándose el torneo, fue la espoleta de una explosión de decepción, y su onda expansiva ha expuesto las miserias económicas de la entidad.

Neymar es un huracán mediático, un fenómeno de masas que se ha convertido en el mayor icono publicitario del emergente mercado brasileño de dimensiones continentales. El Santos, que solo tiene un 10% de participación en sus derechos de imagen, no está sabiéndolo explotar en toda su fuerza. Y las arcas del club se han resentido. El `Mohicano¿ va a facturar 14 millones de euros esta temporada con la publicidad, pero los ingresos que genera no son suficientes para financiar una plantilla competitiva que luche por los títulos locales y continentales.

La consecuencia directa de esta situación ha sido el desballestamiento de un equipo que ha ganado cinco títulos los últimos tres años. El internacional Elano, que tenía una de las fichas más altas, se ha ido al Gremio; el goleador Borges, pieza clave en el 2011, ha fichado por el Gremio; el medio Ibson, que hizo un gran primer semestre, está en el Flamengo y Allan Kardec, cedido al Benfica, se ha ido porque el Santos no ha podido pagar su traspaso. El panorama es desolador. El próximo que ya está en la rampa de salida es Paulo Henrique Ganso, el confidente de Neymar que está enfrentado a la directiva. Su destino tras los JJ.OO. debe ser el Internacional de Porto Alegre, donde ocupará la plaza de Oscar, vendido al Chelsea.

Ha sido una operación salida forzada y en toda regla, con un claro objetivo: reducir la nómina de la plantilla. Y lo peor, los refuerzos han sido de `low cost¿: Gallardo y Braz (ambos del Flamengo), Bernardo (Vasco), Bill (Coritiba), el argentino Miralles (Gremio), que entró en la operación de la venta de Elano, y 'Patito' Rodríguez (Independiente). Ninguno de ellos está a la altura de las bajas que ha habido. Y cuando se ha intentado fichar a algún jugador referente, caso del `Burrito¿ Martínez (Velez) perdieron el pulso económico contra el Corinthians.

La `torcida¿ está de uñas con la directiva, al igual que el técnico, Muricy Ramalho, que sigue reclamando contrataciones de peso. El otrora omnipresente presidente, Luis Álvaro de Oliveira, lleva `missing¿ tres semanas. Y el Santos, sin Neymar y Ganso en los JJ.OO. y el portero Rafael lesionado, sigue sin levantar cabeza en el Brasileirao, donde está a casi 20 puntos del líder.

Neymar dejó un club ganador y con aspiraciones a todo para ir a Londres y cuando vuelva lo que se encontrará es un vestuario desmotivado, sin sus fieles escuderos y con un grupo de apuestas de futuro, que, de momento, no están dando la talla.

La única forma de salir del pozo es hacer borrón y cuenta nueva, como ha sabido hacer ya anteriormente el club en varias ocasiones en su historia reciente. Ahora que Neymar se queda solo, no sería descabellado venderlo, hacer caja (en 2014 saldrá libre), y con sus ingresos montar una plantilla de calidad para los parámetros brasileños¿ Y claro, como siempre hicieron los santistas, mirar hacia los equipos de base. Las próximas apuestas ya tienen nombre: el medio Anderson y el delantero Víctor Andrade.