Messi, la 'bestia negra' de Guardiola

Sin compasión. Leo Messi, cuando está sobre un terreno de juego, solo tiene un objetivo: divertirse, pasarlo bien. Y la mejor forma es asociándose con sus compañeros y buscar el objetivo final del juego: el gol. Lo sabía desde hacía mucho tiempo Guardiola, su primer gran valedor. Primero lo gozó y ahora lo sufre. En tres enfrentamientos entre estos dos grandes del fútbol el balance no puede ser más desequilibrado. Gana Messi por goleada. Tres partidos, cinco goles y dos asistencias, además de una clasificación para una final de Champions. Leo es una verdadera pesadilla para el técnico de Santpedor. Una 'bestia negra'. Y todavía tienen un partido pendiente, el del martes 1 de noviembre, en el Etihad.

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Messi y Guardiola se vieron las caras por vez primera en un amistoso disputado el 24 de julio de 2013. Fue el segundo partido de pretemporada para el Barça, entonces, bajo el mando de Jordi Roura tras la renuncia de Tito Vilanova por enfermedad. Ganó el Bayern fácil y cómodamente (2-0). Leo jugó la primera parte.

Después llegaron los partidos de verdad, trascendentes, con mucho en juego. El primero, el 6 de mayo de 2015, en el Camp Nou. El Barça, en una noche histórica, arrolló al equipo de Guardiola (3-0) en la semifinal (ida) de la Champions League. Dos goles exprés de Messi (minutos 77 y 80) y otro de Neymar (90+4) con asistencia del argentino, dinamitaron al todopoderoso Bayern de Múnich.

El duelo de vuelta, con derrota del FC Barcelona por 3-2, fue poco más que un trámite al ponerse 1-2 el equipo de Luis Enrique en el minuto 29. En la segunda mitad el Bayern sacó orgullo y dio la vuelta al marcador para llevarse el triunfo parcial. Fue la primera vez que Guardiola derrotó al equipo que lo hizo campeón de todo entre 2008 y 2012.

Y el tercer cara a cara fue el del pasado miércoles en el Camp Nou (4-0). Messi volvió a demostrar a Pep que sigue siendo el mejor, el número uno. Suyos fueron los tres primeros goles (minutos 17, 61 y 69). Un hat trick que finiquitó el partido. Además, por si no tuviera suficiente, Messi provocó un penalti que de lanzarlo y transformarlo le hubiera llevado al póker (lo cedió a Neymar, que falló) y dio la asistencia a Neymar para el 4-0.