Inicio Noticias & Blog Londres 2017- día 10- “El amargo de la derrota”.

Londres 2017- día 10- “El amargo de la derrota”.

Usain Bolt tuvo que ser asistido por los médicos aunque se retiró del estadio por su propio pie | AFP
El mundial de las sorpresas, yo creo que así lo podemos dejar bautizado ya este mundial que concluye hoy en la capital británica de Londres, no ha habido una sola prueba en este mundial donde no se haya podido ver algún tipo de sorpresa o al menos anécdota que se salga de lo normal.

Ayer no iba a ser menos, en una nueva jornada de finales la líder mundial del año, la estadounidense Harrison, no se subió al podio en los 100 metros vallas. Sally Pearson, se llevó el Oro en una gran carrera, el segundo cajón del podio fue para la compañera de selección de Harrison, Harper, mientras que el Bronce se lo llevó la Alemana Dutkiewicz.

La final de la altura femenina nos deparó un concurso de gran nivel, concurso en el que se encontraba entre las finalistas Ruth Beitia, que no superó el corte sobre 1.92 y acabó siendo 12º. La victoria fue para la rusa, que competía bajo bandera neutral, Lasitskene realizó su primer nulo en el 1.99, cuando ya tenía seguro medalla, pero quería el Oro, pasó de la altura y se fue a la siguiente, 2.01, la ambición de una atleta que lo quería era el Oro. Pasó el 2.01 a la primera así como los 2.03, intentó 2.08  pero no pudo ser. La plata se la llevó para casa Levchenko, la Ucraniana fue una dura rival para la flamante vencedora y llegó con un concurso impoluto hasta los 2.01 que pasó a la segunda. El Bronce, para la Polaca  Licwinko.

El alemán Vetter lanzó 89.89 en su primer intento en la final de Jabalina, le bastó y llegó para ser campeón mundial de la modalidad, en un concurso de un enorme nivel donde los 4 primeros lanzaron más de 88 metros, la plata se la llevó el checo Vadlech con 89.73, su mejor marca personal, el Bronce, in-extremis y en el último lanzamiento se lo quitó Frydrych a Rohler, el checo superó el mejor lanzamiento del alemán en su último intento por tan solo 6 centímetros ( 88.32 por los 88.26 que llegó a alcanzar el alemán).

Kevin Mayer, al que muchos señalan como el sucesor del gran Aston Eaton, se llevó las combinadas con la mejor marca mundial del año, Plata fue el alemán Freimuth y Bronce Kazmirek. Ureña fue 9º con su mejor marca personal y Tonnesen 14º. Un Pau Tonnesen que al término de las combinadas y en declaraciones a TVE, confesó que la próxima temporada se centrará solo en la pértiga dejando de lado las pruebas combinadas.

El reflejo del amargo de la derrota.

Hoy se cierra el mundial con muchas finales, 20 y 50 kilómetros marcha, la altura masculina, el disco de mujeres, los 5000 y 800 metros femeninos, los 1500 masculinos y las dos pruebas de relevo largo, pero de eso hablaremos mañana, hoy toca centrarse en las dos imágenes que han dado la vuelta al mundo en el día de ayer, las dos imágenes que son el vivo reflejo del amargo de la derrota.

Bolt cerraba su participación en unos grandes campeonatos corriendo con Jamaica el relevo corto. No llegaba el Jamaicano en su mejor momento de forma, pocas carreras este año y frente a rivales de poco nivel (vetó a muchos de ellos en sus participaciones, señal inequívoca de que no las tenía todas consigo). Sin embargo Bolt se iba, y nadie se podía imaginar que el mejor atleta de la historia no iba a intentar decir adiós logrando un nuevo entorchado mundial.

En la final de los 100 metros lisos fue derrotado por los estadounidenses, por su gran rival en los últimos años, Gatlin, y ayer se “rompió” literalmente a 50 metros de la meta cuando corría la última posta del relevo para su país. Su cara de dolor y las lágrimas son el reflejo de la tristeza del mundillo atlético, que no solo veían al gran ídolo mundial de los últimos años derrotado, sino que lo veían marchando de este deporte que tanto le ha dado y que tanto nos ha dado, por la puerta de atrás. ¿Veremos a Bolt nuevamente sobre el tartán? Pues ahora habrá que esperar si para su principal sponsor este “Adiós” fue suficiente o si son capaces de proponerle un par de años mas y de convencerle para que intente levantarse como ave fénix de sus cenizas para salir del deporte rey por la puerta grande. En un lazo de la balanza el orgullo de despedirse como se merece, en el otro, que Usain ha encontrado fuera de las pistas el estímulo mas que necesario para no tener que volver a pisarlas…

En la última final del día de ayer el estadio, abarrotado, solo sabia corear un nombre: MO

Mo Farah dejó un regusto amargo para los aficionados británicos | AFP

El británico de origen somalí corría su ultimas carrera dentro del anillo, una última prueba en la que buscaba un nuevo doblete en grandes campeonatos, el 5º de forma consecutiva con el que conseguiría cerrar un círculo que se había iniciado años atrás sobre el mismo escenario, en los JJOO de la capital británica del año 2012.

Sin embargo, cuando ganas, y más de una forma tan abrumadora, sin oposición, dominando todo tipo de carreras, medias, rápidas, lentas… te conviertes en el enemigo público número uno.

Así se lo recordó Chelimo cuando la cámara lo enfocaba para presentarlo instantes antes de darse el disparo de salida, realizó el gesto de la victoria de Farah para acto seguido realizar un gesto un tanto despectivo, fruto probablemente de la adrenalina de ese momento, en el que hacía clara referencia a que se iba a “cargar” a Mo en su propia casa. Los etíopes, eran los grandes  rivales del británico, y él lo sabia. La carrera salió enrabietada, Chelimo se colocó al frente y quiso emular la cabalgada que lo llevó a ganar los Trail estadounidenses, sin embargo, el atleta de origen keniano pronto se dio cuenta de que la estrategia no servía y dejó hacer al grupo. La carrera se tornó lenta, muy lenta, y el público, el estadio, y los aficionados repitieron casi al unísono: “otra medalla de oro para Farah” convencidos del terrible final del hombre forjado en las filas del Oregón Project y que es indestructible en una última vuelta de vértigo.

Así se llegó hasta los 4000 metros, y el enjambre se sacudió y comenzaron las hostilidades.

A 800 metros de meta, Farah se situaba delante, a la par de Kejelcha, la carrera discurría ya a un ritmo de vértigo que se encargó de avivar un poco mas Butchar, Farah reaccionó y no dejó que su compañero británico cogiera la cabeza de la carrera, la campana sonó, última vuelta y los atletas ya estaban con un sprint largo, nadie se guardaba nada, el penúltimo giro: 58” y algo no iba como de costumbre, Farah no estaba la frente, era el joven etíope Kejelcha, el campeón del mundo de 3.000 metros en pista cubierta el que comandaba la prueba, Edris, su compañero de escudo y bandera y el líder mundial del año se coloco a sus espaldas y Farah les seguía, pero sufriendo, esas dos vueltas anteriores lo habían castigado demasiado y el británico no tenia la frescura necesaria. Edris puso una marcha mas a falta de 200 metros y se marchó hacia la victoria, Chelimo, que venía de atrás se metió en la peleas por las medallas y Farah tuvo que pelear con él  la plata que finalmente se llevó. Edris cruzó victorioso la línea de meta con los brazos en forma de corazón sobre la cabeza, el gesto de Farah, el gran dominador mundial de los 5000 y 10.000 metros estos últimos años y que tanto repitió en sus grandes victorias.

Lo único que está claro, es que había cuentas pendientes y en Londres se han saldado.

@Kidzapatillas 


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