Querido diario, definitivamente todo se ve distinto desde aquí. Cuando estaba ahí abajo, ya había escuchado eso de que uno tiene que esperar a morirse para que todos solo hablen de sus virtudes. Y quizá sea verdad, porque hacía tiempo que no me echaban tantos piropos. Es lo que tiene ser el mejor, no le puedes gustar a todos. Y eso que yo en mi vida nunca quise meterme en problemas.

El maldito diario de Pelé (leer noticia)