Teunissen apela al 'photo-finish' para inaugurar el Tour con sorpresa

Teunissen (amarillo y negro) y Sagan (blanco) justo al momento de entrar a meta

Teunissen (amarillo y negro) y Sagan (blanco) justo al momento de entrar a meta / AFP

Sebastián Vargas Rozo

El que diga que el ciclismo es un deporte aburrido debería pegarle alguna ojeada a la etapa inaugural del Tour de Francia 2019. Bruselas fue testigo del carrerón de Stéphano Rossetto, de la agonía de Jakob Fuglsang o Dylan Groenwegen y de la explosión de felicidad de Mike Teunissen, un neerlandés que no estaba en los planes pero que se terminó llevando -por photo-finish ante todo un Peter Sagan- la primera etapa de la ronda gala.

Con inicio en Bélgica, la 106ª edición de la 'Grande Boucle' imprimía un esfuerzo de casi 200 kilómetros para los 176 corredores que ,con esperanzas intactas, iban rodando por el suelo bruselense. De a poco se fueron dilapidando algunas felicidades, como la de Fuglsang cuando le tocó besar el pavimento mientras el pelotón perseguía al escapado Rossetto. Ver al líder del Astana cola cara bañada en sangre y su codo malherido fue una de las postales tristes de la jornada. Ojalá, para Vinokúrov, que se recupere su figura.

Y si de historias para contar se trata, la del fugado Stéphane Rossetto es una interesante. El del Cofidis debutaba hoy en el Tour... a sus 32 años. “No es lo más habitual, pero yo nunca he seguido los caminos más habituales”, contó en rueda de prensa. Y razón tenía, porque poca lógica hace dominar la 'Grand Départ' con apenas días de entrenamiento por una lesión que le produjo un gato. “Yo vs Gato -> Victoria del gato”, tuiteó para anunciarlo junto a una radiografía de su pelvis. Hoy disfrutó de su primer día con una buena escapada.

Con la etapa llana y el final emocionante, los 'sprinters' fueron tomando posición. El Jumbo-Visma apuntaba a Groenewegen, de los mejores del mundo en la disciplina, para ganar la etapa. Pero, al igual que Fuglsang, el holandés tropezó y se fue al suelo. Fue allí cuando acudió al rescate el sorpresivo Mike Teunissen para ir rueda a rueda con Sagan y, tirando hasta con las fuerzas de su casco, pasar la línea milímetros antes que el esloveno. Coronación inesperada en un día más para enamorarse del ciclismo.