España, ante el más difícil todavía frente a Francia

España tiene hoy una de las grandes citas de su historia. Ganar un título no está cada día al alcance de la mano y en San Siro optará por conquistar el quinto oficial en su trayectoria. La selección cuenta en su palmarés con tres Eurocopas (1964, 2008 y 2012) y un Mundial (2010), mientras que perdió las finales de la Euro’84 ante la propia Francia y la de la Copa Confederaciones 2013 frente a Brasil en Maracaná.

La Nations League es un torneo de reciente creación. La única final disputada hasta la fecha en 2019 fue para Portugal y España quiere conquistarla por primera vez. La competición necesita tiempo para contar con el prestigio que da el poso de los años, pero ha conectado muy rápido con la afición. Su formato es muy atractivo y el espectáculo de las dos semifinales confirman el acierto de la iniciativa de la UEFA.   

Ambición

La España de Luis Enrique simboliza la regeneración y la apuesta por un juego colectivo sin estrellas, pero con mucha hambre. La Roja ganó su último título internacional en 2012 con la Eurocopa conquistada en Kiev. Desde entonces han sido nueve años de enormes decepciones. Los Mundiales de Brasil y Rusia fueron un palo, así como la Eurocopa de Francia en 2016. Luis Rubiales inició su andadura como presidente de la Federación poco antes de la Copa del Mundo del 2018 y una de sus primera decisiones fue decantarse por Luis Enrique.

El asturiano debía adquirir con los vicios adquiridos y dar otro aire al equipo. Los objetivos principales están cumplidos. Ahora solo falta rematar el proyecto con un título. En la pasada Eurocopa, España se quedó muy cerca con la eliminación en los penaltis ante Italia en Wembley y ahora ha dado otro paso adelante plantándose en un final.

Solo Busquets conoce lo que es la gloria internacional con la selección en este equipo, por lo que las ganas de triunfo son máximas. Francia parte a priori como favorita, pero esta España ha demostrado que es capaz de todo.

Luis Enrique dejó claro que no se dejará intimidar por el tridente de Francia, formado por Benzema, Mbappé y Griezmann. La forma de jugar será la misma. Es decir, España saldrá a dominar el partido en campo contrario, a tener la pelota y fruto de su constancia encontrar el camino de gol. Una eficacia que puede complicarse en caso de que Ferran Torres, aún tocado, no pueda ser de la partida.

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Una Nations redonda

La victoria ante la campeona del mundo redondearía una Nations League extraordinaria de la selección. España se clasificó para la Final Four después de derrotar a Alemania en el partido decisivo de la liguilla con un contundente 6-0 en La Cartuja de Sevilla.

Posteriormente, el sorteo deparó un cruce casi imposible de superar a priori. La selección se tuvo que medir la Italia campeona de Europa en su propia casa de San Siro. La Roja volvió a superar el obstáculo y ahora le queda el último todavía más elevado.

Francia remontó ante Bélgica en la semifinal disputada en Turín y, pese a contar con un día menos de descanso, se presenta como favorita. Es la campeona del mundo y, como dijo el propio Luis Enrique, “es la mejor a nivel individual”. La réplica de España debe llevar a través del colectivo. Y una cosa ha quedado clara en esta concentración en Milán. Lucho ha logrado formar una piña con la ilusión imparable de los jóvenes y el temple de más veteranos como Busquets, Koke o Laporte.

La selección quiere levantar el título y ganar aún más confianza antes de la última ventana internacional del año en noviembre. La Roja se jugará su pase al Mundial ante Grecia y Suecia. Los nórdicos ganaron ayer a Kosovo y amenazan de nuevo el primer puesto del grupo. El martes, en Solna, sucos y griegos se miden entre ellos en un partido clave para elevar o disminuir la presión para la Roja.