Márquez celebra en Cervera el 'Level 7' ante miles de aficionados

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Se ha convertido en un clásico de final de temporada. Marc Márquez ha celebrado esta tarde en Cervera su séptimo título mundial en nueve años y lo ha hecho ante miles de aficionados abarrotando las calles de su pueblo natal y rodeado de toda su gente. Organizado por el Fan Club del ‘93’, la capital de La Segarra se ha vestido de gala para acoger a su hijo predilecto y enterrar la batalla política que rodeó las horas previas.

A la hora de la verdad nadie se ha acordado de la polémica, ni de la pancarta y fue una fiesta. Márquez lo había dejado claro, ya por la mañana en la recepción del ayuntamiento, considerando que es “una celebración deportiva, mía y de mucha gente. No tenemos que mezclar temas. Se trata de celebrar una gesta deportiva que hemos estado persiguiendo todo el año”.

El ritual se repite, pero como cada año hay aspectos novedosos que dan un aire diferente a la fiesta y esta vez hay que destacar el ‘Level 7’, como ya ocurriera cuando conquistó el título en Japón. La reproducción de una de esas máquinas que hace décadas se podían ver en bares y salas recreativas volvió a ser protagonista, cogiendo el relevo al ‘Give me Five’ y al ‘Big Six’ y a su alrededor giró gran parte del acto que cerró la celebración.

Fiesta por todo lo alto

Todo el mundo estaba rendido al genio de Cervera. La caravana que ha desfilado por las calles del pueblo natal de Marc se ha dividido en dos, una para peatones y otra para motos, ambas repletas a rebosar, y los fans han podido ver muy de cerca, abrazar, saludar y fotografiarse con el heptacampeón.

Miles de aficionados han vivido una noche inolvidable. La familia ha sido protagonista y, cómo no, su equipo, su familia en los grandes premios, con Santi Hernández a la cabeza. Todos participaron de una velada mágica. Todos se contagiaron de la simpatía, el entusiasmo y las bromas del anfitrión, que después de siete títulos ya piensa en el octavo y, como siempre, ha hecho vibrar al público como nunca.

Como ya ocurrió el año pasado, la rúa ha salido desde la imponente Universidad de Cervera. Desde allí ha arrancado el camión con Marc y los miembros del equipo Repsol Honda. El escenario del fin de fiesta se ha ubicado en la Plaça Pius XII, donde ha seguido la fiesta con los parlamentos, los vídeos de la temporada y, muy especialmente, las bromas y la alegría desbordante del piloto y su equipo