MANCHESTER

Guardiola-Mourinho (1): 'Amigos y residentes en Barcelona'

Guardiola y Mourinho volverán a verse en un terreno de juego en Manchester... Veinte años después de conocerse en Barcelona

Mourinho y Guardiola, en la etapa del portugués en el FC Barcelona

Mourinho y Guardiola, en la etapa del portugués en el FC Barcelona / sport

Jordi Blanco

Guardiola era una vaca sagrada en el Barcelona al que llegó en silencio José Mourinho en el verano de 1996. Al cabo de veinte años y no pocas polémicas se reencontrarán en Old Trafford en un duelo seguido por todo el mundo y, sin duda, especial para ambos.

Presentado como el traductor de Bobby RobsonMou tomó rápidamente su espacio en el Camp Nou. Despertaba reticencias entre no pocos jugadores, muchos de los cuales, a la vez, valoraban sus conocimientos tácticos. "Era muy observador y al principio discreto" recuerda un futbolista de aquella plantilla, que de sopetón descubrió en el portugués a un ayudante principal para Robson.

Apenas comenzar la temporada 1996-97 el Barça se enfrentó al AEK Larnaca en la primera ronda de la Recopa y fue Mourinho el encargado de confeccionar un estudio del equipo chipriota. "Parecía que íbamos a jugar contra el Bayern de Múnich" rememoró otro componente del vestuario, a la vista del informe que preparó el portugués, quien, sin embargo, trasladó a la opinión pública que el AEK "en líneas generales tiene una calidad mínima. No puedo decir que es un buen equipo porque no lo es".

Pep era una vaca sagrada en el Barça al que llegó Mou en el verano de 1996 siendo un absoluto desconocido

Pep, quien ya daba muestras de ser un entrenador en el terreno de juego, mantuvo de entrada una relación cordial pero distante con el nuevo equipo técnico, por cuanto su llegada significó un cambio de filosofía brutal en el vestuario, al que la Ley Bosman llenó de sopetón de extranjeros.

Veterano de la época, a pesar de sus 25 añosGuardiola no escondía de puertas afuera su contrariedad por la pérdida de protagonismo de la cantera en el primer equipo, que vivió una jornada especial el siete de septiembre de 1996, en el derbi frente al Espanyol y que provocó que el Barça alinease a nada menos que siete extranjeros, un hecho nunca visto en el club.

"A mi me gustaría un Barça con más catalanes en el equipo. Pero se trata de una opinión personal" explicó aquella tarde Johan Cruyff, enfrentado en los juzgados a Núñez por su despido y que, probablemente, no conocía absolutamente de nada en la época a Mou.

A medida que transcurrieron los meses la relación entre Guardiola Mourinho se fue estrechando. En noviembre de aquel año, en San MamésLuis Fernández, teatral como pocos, se las tuvo con el luso Pep no dudó en acudir al encuentro del entrenador francés y afearle su actitud.

Con el paso de los meses su relación se estrechó... Y acabaron celebrando juntos la Recopa y la Copa

Cerrada la temporada con tres títulos (la Liga se escapó por culpa del Hércules), en Rotterdam, donde el Barça logró la Recopa, y en el Bernabéu, escenario en el que se conquistó la Copa del Rey, pudo verse a Pep Mou celebrando juntos y de manera bien evidente los éxitos.

Las siguientes tres temporadas, con Van Gaal en la dirección técnica del Barça, la relación entre ambos se estrechó, por cuanto la trascendencia del portugués en el vestuario fue creciendo a la sombra del entrenador, sumándose en 1998 al staff Ronald Koeman.

En el verano de 2000 la llegada de Serra Ferrer en sustitución del holandés apartó a Mourinho del camerino, lo que provocó que éste decidiera abandonar el club. Robson le invitó a acompañarle al Newcastle, pero Mou prefirió volver a Portugal para comenzar su carrera en solitario como entrenador. lo que haría a los pocos meses en el Benfica, donde sustituyó a Jupp Heynckes.

Para entonces, Pep Guardiola y José Mourinho ya habían tejido una estrecha relación y en el interior del Camp Nou se sospechaba que con el tiempo serían entrenadores. Y no unos cualquiera precisamente...