A los 24 años, Raúl Rota hace lo posible por ser ciclista. Por eso se ha ido a Portugal que es como un Erasmus para prosperar en el deporte que ama.
Su padre fue ciclista. Él, a los 24 años, quiere ser ciclista, llegar a correr clásicas, monumentos y, cómo no, la Vuelta, el Tour. Pero todo eso tiene un precio que es el que está pagando Raúl Rota en Portugal, donde está invirtiendo para el futuro. “Saldrá o no saldrá. Pero, al menos, yo lo habré intentado”, explica hoy, desde su domicilio en Sabadell.
Su trabajo es ser ciclista en Portugal.
Así es. Es diferente a un equipo español. Los recursos son más limitados. No hay tanto presupuesto. Hay menos nivel. Pero te proporcionan todo lo que necesito (material, ropa, autocar para cambiarme y asearme después de las carreras…) y eso hay que valorarlo.
¿Y por eso se fue?
No tenía otro sitio donde ir. Soy sincero y el Radio Popular Paredes Boavista es un equipo profesional. Me pareció una buena posibilidad. Me gustó el equipo cuando me lo propuso mi representante. Dije que sí. No lo dudé.
La tierra prometida
Si se quiere ver así, sí. Pero, sobre todo, yo estoy a gusto. Es un sitio en el que me gusta estar. He aprendido el idioma. Estoy conociendo otros sitios, otra gente que me trata bien.
¿Y está siendo rentable?
A ver. Para trabajar de otra cosa, prefiero correr en Portugal. Ser ciclista aquí. Intentarlo. Es verdad que cobro lo justo para pagarme el fisioterapeuta, las concentraciones… Es verdad que casi todo lo que ganó lo invierto para ser ciclista. Pero esta es mi inversión de futuro.
¿Y lo va a lograr?
Estoy en ello. Mi ambición va más allá. Pero tengo que demostrar el nivel suficiente para ganarme el derecho a correr alguna clásica, algún monumento…. Yo lo estoy intentando. Soy ciclista las 24 horas del día.
Eso es lo que importa
Lo hago porque me gusta. Me gusta salir a entrenar con la grupeta. Me gusta este trabajo. Es el que quiero para mí. Son 25 o 30 horas semanales que no se quedan ahí porque el resto del día no te puedes olvidar de que eres ciclista: el descanso, la alimentación etc, etc. Yo, por ejemplo, no me puedo ir a andar dos horas con mi pareja.
Todo cuesta en la vida.
Lo sé. Por eso es lo que le digo. Yo estudié hasta 2021. Hice un Grado Superior de Diseño 3D de videojuegos, porque mis padres me lo aconsejaron, “acaba los estudios y luego pruebas en el ciclismo”. Es lo que estoy haciendo.
Es como un Erasmus en Portugal.
Se podría decir que sí pero sin salir de fiesta. De momento, no me he marcado plazo. Nunca se sabe. Pero mientras me lo pueda permitir quiero hacerlo. Para trabajar ya tengo tiempo. Con 24 años me lo puedo permitir. Es verdad que los equipos cada vez piden más precocidad. Si con 21 o 22 años no tienes resultados hay quien dice que se te pasa el arroz.
¿Tiene miedo al futuro?
Miedo no, pero respeto, sí. Una carrera deportiva no suele ser de 20 años. Pero cuando llegue el momento lo afrontaré. Por eso trato de pensar lo mínimo en el futuro.
¿Y en qué piensa?
Si el día de mañana tuviese que trabajar nunca dejaré de montar en bicicleta porque la necesito. Veo el ejemplo de mi padre, que trabaja en el taller y tiene una vida feliz. Fuera de la bicicleta hay más mundo. Es verdad que con 50 años a poca gente le hace feliz ir a trabajar. Pero a lo mejor tiene la motivación de salir en bicicleta los fines de semana.
Y eso ayuda, claro.
Supongo que sí. De momento, yo quiero ver hasta donde puedo llegar. Ya llegará el día en el que diga: “hasta aquí llegué”. Pero mientras tanto soy feliz. Es más, tengo un amigo David Domínguez al que también le aconsejado ir a Portugal. No ha tenido la oportunidad de pasar a un equipo mejor y era lo que había. Le he dicho que no se arrepentirá.
