A lo largo y ancho de la península podemos encontrar muchas vías verdes para recorrer y conocer el territorio español. Extremadura se destaca como paraíso ideal para los amantes del deporte y la naturaleza, ya que tiene miles de caminos y senderos por recorrer a golpe de pedal. Esta comunidad te sorprenderá porque está llena de vías verdes y caminos naturales para practicar el cicloturismo.
Una de ellas, es la vía verde Vegas del Guadiana, de 57 kilómetros, que une Villanueva de la Serena (Badajoz) con Logrosán (Cáceres) y que sigue un antiguo camino ferroviario proyectado para comunicar esta zona con Talavera de la Reina. Este trazado ofrece la oportunidad de conocer la invernada de distintos tipos de aves, como las grullas.
El recorrido de la vía verde
Esta ruta cicloturista está recomendada para todos los públicos, pues no se superan grandes desniveles. Esta arranca en la estación de ferrocarril de Villanueva de la Serena y pasa por los depósitos que abastecen de agua potable a la localidad. A la salida, a la derecha, los ciclistas se sumergen en una profunda línea recta ferroviaria entre casas y campos agrícolas y después en una ancha pista de tierra en el kilómetro 5.
La vía sigue por un trazado asfaltado por el descenso del río Guadiana.
Luego conecta en el km 7 con un paseo sustentado por tres altos viaductos que se prolongan mediante un alto terraplén. El camino atravesará el homogéneo paisaje de los encharcados arrozales de Palazuelo y Guadalperales, Zona de Especial Protección Para las Aves (ZEPA) que exhibe.
Una vez en la estación de Rena, a partir del km 10, la vía gana altura con dos pasos superiores, uno que lleva a la pedanía de El Torviscal y el otro para contemplar el río Ruecas.
En el km 19, se pasa por Cáceres y la estación de Campo Lugar donde se puede descansar para girar y adentrarse en un terraplén entre jaras, zarzas y lavandas, desde el que se puede ver una estela de fresnos y encinas del río Ruecas.
Luego, vira a la derecha, para afrontar la ladera del cerro de la Dehesa y una infinita recta allanada sobre terraplenes. En el km 23, se encuentra el despoblado de Cristóbal Colón y los pueblos de colonización surgidos del Plan Badajoz.
Más adelante se cruza el canal de Orellana y un terraplén entre campos de arroz.
En el km 29, tras la estación de Madrigalejo la ruta se enfrenta a la recta Llanos de Zorita a través de la florida dehesa del Monte.
Una ancha y corta pista cambia el terreno y tras un canal se recupera el trazado original para dirigirse a un terreno ondulado de encinas lleno de grullas hasta el km 38. Después de la estación de Zorita de Lavadero se sigue el río Ruecas y el Arroyo Grande para adentrarse en otra dehesa de encinar y en una nueva recta en el km 46. Los terraplenes se suceden hasta que el paisaje cambia en una agreste serranía mediterránea poblada por jabalís, ciervos o liebres.
Se cruza el Arroyo Grande para encarar la sierra de San Cristóbal y las primeras explotaciones agropecuarias que marcan el final del recorrido, después de una recta en la estación de Logrosán (km 57,7).
Turismo extremeño
A lo largo de la vía se pueden contemplar puntos de interés turístico como los viaductos del río Guadiana, la estación de Rena o localidades como Madrigalejo o Palazuelo.
Se observa un variado ecosistema animal, como en el km 23 o en la dehesa con vacas y ovejas, cigüeñas, garcillas y grullas.
Todo en conjunto hace que esta ruta se convierta en una experiencia inolvidable sobre dos ruedas en que se conoce la cultura y los paisajes de uno de los mejores lugares para el cicloturismo.
