Hubo duelo, hubo emoción, hubo ataques y hubo sprint final que terminó ganando el belga Jasper Philipsen, del equipo de Alpecin-Deceuninck y compañero de equipo de Van der Poel.
En una carrera como la Classicisima, de casi 300 kilómetros (288 en esta edición de 2024), es esencial llegar con algo de fuerzas al final para terminar alzándote con el triunfo. Aunque claro, si el pelotón impone un ritmo infernal, se forman abanicos, hay caídas o incluso se te estropea la bicicleta, todo cambia. Y todo eso ocurrió en una entretenidísima carrera que no defraudó a nadie.
Los primeros 200 kilómetros fueron relativamente tranquilos, pero la Cipressa sirvió sobre todo para hacer una selección final de cara a la victoria. Allí cayeron corredores como Jonathan Milan, Alexander Kristoff y Christophe Laporte debido al infernal ritmo que impuso el UAE, el equipo de Pogacar.
🔥No attacks, but a very hard rhythm from @TeamEmiratesUAE in la Cipressa.
⏱️ More than 9 minutes though #MilanoSanremo pic.twitter.com/XHUQKR1hD2
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El decisivo Poggio
Sin embargo, una vez más sería el mítico Poggio, un ascenso incluido en la carrera hace más de 60 años para intentar que ganara algún italiano, el que daría más juego a ciclistas y aficionados. Allí Tadej Pogacar arrancaría para hacer hueco. Con fuerza, con decisión, con ese ritmo brutal al que nos tiene acostumbrados el esloveno. Quedaba poco más de un kilómetro de la cima y, como no, su gran competidor, Van Der Poel, salió a su rueda para intentar neutralizarlo y que Pogacar no terminase con la ventaja suficiente para llegar a meta en San Remo.
Detrás, muy cerca se mantenían Alberto Bettiol, Filippo Ganna, Mads Pedersen, Jasper Stuyven, Tom Pidcock, Julian Alaphilippe, Michael Matthews y Matej Mohorič. Cuando el esloveno disminuyó el ritmo, Stuyven arrancó para mantener el ritmo alto y que Pedersen, su compañero de equipo, tuviera oportunidades de vencer al final de carrera.
A 200 metros del final del Poggio parecía inevitable que la carrera se decidiera cuesta abajo o en Aurelia, antes de la famosa Via Roma de San Remo. Sin embargo, Pogacar no quería que esto ocurriera y lanzó un nuevo hachazo. Parecía que podía ser el buen ataque en cuanto a tiempo y potencia, pero una vez más el campeón esloveno encontró la respuesta de Van der Poel.
IT’S THE FIGHT WE WANTED, IT’S 🇸🇮 TADEJ VS 🇳🇱 MATHIEU #MilanoSanremo pic.twitter.com/6DH5E3ZBfp
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Ambos lideraron el descenso, pero Pidcock estuvo a la altura y consiguió cerrar el hueco a pesar de que su compañero de equipo, Ganna, quedó fuera de combate por un problema en la caja de cambios.
La llegada a Via Roma fue apasionante. Lanzados a una velocidad endiablada los corredores buscaron sus opciones… Matej Mohoric, Sobrero, Pidcock y evidentemente Pogacar, Van Der Poel y Philipsen. Hasta que este último se llevó el gato al agua en este espectacular sprint:
🤩 The greatest Ultimo Kilometro in cycling once again lives up to its reputation
🇧🇪 @JasperPhilipsen wins ahead of 🇦🇺 @blingmatthews and 🇸🇮 @TamauPogi #MilanoSanremo presented by @CA_Ita pic.twitter.com/VUvomWw2lU
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📏 288 KM, 6 hours, 15 minutes and 44 seconds, but the smallest of margins to separate @JasperPhilipsen and @blingmatthews #MilanoSanremo | #BornToDare pic.twitter.com/jH2839DkdZ
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Al final el podio de la 115º edición de la Milano – Sanremo quedó de la siguiente manera:
1º Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck): 6:15:44
2º Michael Matthews (Jayco) – m.t.
3º Tadej Pogacar (UAE) – m.t.
La Milán – San Remo más rápida de la historia
Recientemente os contábamos 5 curiosidades de la Milán – San Remo, uno de los 5 monumentos ciclistas. Entre estas curiosidades explicábamos que la edición más rápida tuvo lugar en 1990 con Gianni Bugno, que rodó a 45,81 km/h. Pues bien, ese récord cayó el pasado sábado 15 de marzo, pues los corredores rodaron a una espectacular media de 46 km/h.
El primer monumento para Philipsen
Jasper Philipsen a sus 26 años ya tiene en su palmarés 6 etapas del Tour de Francia, pero no había conseguido nunca la victoria en ninguno de los 5 históricos monumentos ciclistas tan ansiados por los corredores. Así pues Philipsen, consiguió el primer monumento de su palmarés, la Classicissima italiana.
El futuro de este corredor va más allá de ser un sprinter típico. Y conseguir este triunfo confirma un porvenir muy interesante.
