Inicio Noticias “Mi ilusión es dar un paseo en bicicleta con mi nieta de...

“Mi ilusión es dar un paseo en bicicleta con mi nieta de 6 años”

Eduardo Chozas ya tiene 63 años y está saliendo de una durísima enfermedad que ha cambiado su forma de ser. “Mi vida ya no va a toda velocidad”, explica.

 

Ahora ya no solo comenta la Vuelta en Eurosport. También se atreve a caminar una hora al día. Después del trasplante de medula, Eduardo Chozas comienza a ser el que fue. El linfoma ya quedó atrás y se prepara para volver a la bicicleta. “Vivo en Pozuelo de Alarcón y tengo al lado la Casa de Campo, que fue donde empecé a los 11 años dando vueltas junto al Lago”, declara él, que fue hijo de un frutero y uno de los ciclistas más recordados de su época.

Es un hombre nuevo.
Bueno, tanto como eso…. No, aún no. Sé que mi vida ha cambiado y lo estoy intentado. Tengo 63 años y cuatro nietas y mi ilusión es dar un paseo en bici con la mayor de seis años. Ahora mismo no me atrevo. A lo sumo, hago rodillo en el salón porque tengo miedo a los mareos. Pero es verdad que ya saboreo más los pequeños detalles. Mi vida ya no va a toda velocidad.

Mejor.
Todavía no estoy del todo. Aún me cuesta subir escaleras o montar en bicicleta. Perdí la musculatura, y eso no es fácil recuperar. Lo he pasado mal. He tenido mareos muy fuertes. Pero, como le digo, estoy contento.

Ése es el triunfo.
Sí, cuando se trata de una enfermedad y ves la luz, sí. Al principio no sabes donde vas a acabar. Te asusta. No sabía lo que sería de mí. Ha sido un año y medio muy largo. Tenía las defensas muy bajas en plena pandemia y encima cogí el covid. Llegué a estar más de tres meses en el hospital. Y no fue fácil.

Por eso le digo que el triunfo es estar aquí de nuevo.
El triunfo es asumir cada etapa. De hecho, yo tengo hasta buen recuerdo de mis días en el hospital. Asumí que era necesario. Hice amistad con la gente que me rodeaba que se convirtió en parte de mi familia. Incluso, celebré con ellos mi cumpleaños. Pero es lo que le digo. De lo malo siempre hay una parte positiva con la que hay que saber quedarse.

Ha vuelto a trabajar de comentarista.
Es lo que me ha permitido mantener la mente ocupada. Al principio lo hacía desde casa. Luego iba a los estudios. Pero, fuera como fuese, era importante para mí. Veía que podía hacer algo intelectual. Reforzaba mi optimismo. Lo necesitaba. Me sentía como en una gran Vuelta en la que iba pasando etapas.

¿Cómo se prepara uno para estar enfermo?
Nunca estás preparado para eso, y yo no lo estaba. Pero no me deprimí. Buscaba un futuro. Al principio, es verdad que dudaba. Antes del trasplante de médula, se me hizo muy duro. Estuve un mes entero sin poder comer. Pero era lo que le decía: van pasando las etapas y ves que aguantas,  que sigues ahí y que vas a llegar a la meta.

Y es lo que estamos celebrando.
Yo mismo me lo recuerdo cada día. Pero ahora voy mucho más despacio en todo. Antes tenía menos tiempo.  Siempre estaba ocupado. Yo era demasiado activo hasta que noté que empecé a perder músculo y tuve que asimilar que ya no era deportista. He sabido dar un frenazo en todo y por ahora sólo me dedico a comentar.

¿Ser comentarista realmente es un trabajo?
No es un trabajo como tal. Pero debes prepararte las etapas, la participación. Cada vez hay ciclistas nuevos. Llevo desde 1994 cuando empecé con José María García. Desde entonces esto ha cambiado mucho: uno no nace aprendido.

Si volviese García al ciclismo ¿sería el mismo?
Yo creo que no. Los formatos son diferentes, pero lo haría bien. Siempre estaba informado. Hacia ese periodismo de investigación que ahora se echa de menos. A mi me encantó aprender con él y con su equipo. Fui un afortunado.

¿Le llamó García durante su enfermedad?
Me envió algún mensaje, sí. Pero es que me mandaron tantos mensajes. No sabía que fuese tan querido. Eso me llenó mucho. Tuve miles de WhatsApp.  Pero la pena es que no podía contestarlos. No podía ni hablar por teléfono.

¿Quién sería Eduardo Chozas en el ciclismo de hoy?
No sé. Ha cambiado mucho esto. Ahora hay muy poca contrarreloj. Quizá en esta época yo (que, sobre todo, se me daba bien la montaña) podía optar por algún podio en las grandes vueltas. Pero esa duda siempre quedará.

Era un seguro usted en el Tour
Se me daba bien. Fui seis veces y gané cuatro etapas.  Y en el Giro tres. Pero esto no tiene nada que ver con lo de ahora. En mi época íbamos día a día. No hacíamos tanta planificación. Corríamos más de cien carreras al año. Eso ha mejorado y mira Valverde. Ahora los ciclistas duran más.

Usted lo dejo con 33 años.
Estuve 14 años. Pude estar más tiempo, pero no me arrepiento. Comencé muy pronto. A los 19 años ya era profesional y a los 33 lo dejé, sí, para hacer otras cosas.

¿Y cómo le ha ido?
Tengo 63 años y me doy cuenta que he vivido bien. No me puedo quejar. Llevo 28 años haciendo campus. A veces hacía dos: uno de verano y otro de invierno y las excursiones populares casi todos los domingos de primavera en las que venían padres e hijos. Le puedo decir que de ahí ha salido, incluso, algún profesional.

Lo importante es que ahora usted está bien.
Siempre he tenido bien la cabeza. Sabía que había que salir de ahí y ahora que me empieza a acompañar lo físico…. Hago una vida normal. Ya no tengo tantas limitaciones. Es el regalo que me ha dado la vida. Estoy agradecido.

El siguiente ese paseo en bicicleta con su nieta en la Casa de Campo.
O en Aranjuez, que es donde vive ella. Pero sí, sea donde sea, será bonito, tiene que serlo porque significará que puedo volver a subirme a una bicicleta y…. ¿qué mejor que hacerlo al lado de tu nieta?


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de BICIO

Deja un comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here

Con la publicación de un comentario acepto expresamente recibir la newsletter y soy conocedor de que puedo darme de baja en cualquier momento de acuerdo a nuestra política de privacidad