Inicio Noticias “Me he roto la pelvis, la cadera, tres costillas…, pero no me...

“Me he roto la pelvis, la cadera, tres costillas…, pero no me duele nada”

Enrique Martínez Heredia ganó el Tour del Porvenir en 1974. Hoy es un señor de 70 años que vive en Villalvilla (Madrid) y que se repone de un grave accidente en bicicleta. “He dado todo en las dos profesiones que he tenido”. 

 

El pasado también provoca emociones. En su caso reluce con luz propia el mes de julio de 1976 cuando logró el maillot blanco como mejor joven en el Tour de Francia. Después, duró nueve años de profesional en los que Enrique Martínez Heredia siempre dio la cara. Hoy, es un jubilado con la satisfacción del deber cumplido. “Es la mejor lectura que puedo hacer de mi vida”, recuerda hoy, a los 70 años.

¿Qué tal está?
De salud estoy bien. Me voy recuperando porque este verano me atropelló un coche. Me rompí la pelvis, la cadera y tres costillas. Me ha costado. Pero me estoy recuperando y le puedo decir que ya no me duele nada.

De eso se trata.
Es fenomenal. Fue un accidente gordo. Me rompí los huesos que le he dicho. Pero he tenido suerte. Estoy bien de salud y lo puedo contar. Son los gajes de andar en bicicleta. Pero la mayoría de la gente de mi época lo necesita.

Y ya no se trata de demostrar nada. 
Por supuesto. Esa época ya pasó. La competición no tiene nada que ver con el ocio. Competir no es sano. Para decir que lo has hecho todo bien debes cuidarte al cien por cien. Sin embargo, ahora salgo en bici para no tener que tomar medicamentos.

¿Y le parece poco premio? 
No, no, si no digo que no lo sea…  Me da bienestar, y ya no tengo que salir cuando hace frío. Ahora lo elijo todo: los días, los descansos, la intensidad…, todo.

¿No disfrutó de profesional? 
Es diferente. No sé si me he explicado bien. Pero había días que era mejor quedarse en casa con temperaturas bajo cero. Recuerdo que nevaba y no se paraban las carreras hasta que ya no se podía de verdad. Pero era mi trabajo. Yo fui profesional desde el 76 al 84 en la Vuelta al País Vasco.

¿Volvió a pasar penalidades? 
La vida es dura, pero de otra manera. Una vez que dejas la bicicleta, debes dedicarte a algo. No ganaste lo suficiente.  Yo monté una tienda de bicicletas y dentro de lo que cabe tuve suerte. Hasta los 21 años habia sido chapista en un taller.

Pero apostó por la tienda. 
Sí, mano a mano con mi mujer. Y fue bonito. Pero también hubo sus momentos malos. Pasamos dos crisis dentro del gremio que, afortunadamente, se superó.

¿Y ya no queda nostalgia? 
Me jubilé en 2017 con 66 años. Creo que fue suficiente.  La nostalgia no es la palabra. He dado todo en las dos profesiones que he tenido. Fue mucho sacrificio. Nunca lo tuve fácil. Mis padres se creían que ser ciclista era un engaño para no trabajar. Debía entrenar a escondidas. No concebían que me pudiese ganar así la vida.

Pero se la ganó. 
Demostré que podía hacerlo. Pero también entendía a mis padres. Vinieron de Jaén a Madrid en 1959. Él trabajaba en Pegaso. No entendía que el deporte existía.  En aquella época debíamos arrimar el hombro todos. Éramos cinco hermanos. Con un sueldo no se sacaba adelante una familia. Yo fui oficial de primera hasta los 21 años. Pedía permisos en el taller para ir a correr. En aquella época me dejé a medias un Seat 1.500 en una bancada con el motor quitado para ir a correr el Tour del Porvenir.

Fue en 1974.
Y lo gané y recuerdo que era mixto con profesionales. Y aquello fue tremendo. Creía que toda la gente era más que yo. Pero una vez que empiezas a correr ves que todos somos iguales. Y mire que me sentía en otro mundo. En aquella época veías que Francia estaba muy por encima de nuestro país. Nos sacaban diez años, por lo menos.

El precio de salir fuera. 
Yo no había salido nunca de casa. Pero eso fue otra de las maravillas de dedicarse al ciclismo. Recuerdo que en 1975 hice la Carrera de la Paz en Berlín, Praga y Varsovia. Y allí me di cuenta que si España estaba mal aquellos países estaban peor. Veías una pobreza. Debíamos llevar alimentos para cocinarlos. No estaban al día. Solo estaban arriba en el deporte. Cuando cayó el Muro de Berlín se vio todo lo que yo ya había visto.

El ciclismo le permitió conocer mundo.
Muchísimo. Eso es lo más bonito. Viajé por muchos países. Eso sí, he vuelto a sitios donde  estuve y que ni recordaba. De ciclista pasas con la cabeza gacha y luego, cuando vuelves, te das cuenta que esos sitios son maravillosos.

¿Fue un buen ciclista?
Lo di todo. Acabé contento, sí. En un KAS como el que estaba yo, con tantos gallos, el primero que se ponía líder había que trabajar para él. Pero yo fui un profesional. Cumplí con mi trabajo. Es lo más bonito. Es la mejor lectura que uno puede hacer. Cumplí mis etapas. ¿Triunfos? Se puede decir que me acompañó la suerte entre comillas.

¿Y ahora es feliz?
Muy a gusto. Es lo más bonito que puede tener una persona. Me he dedicado a lo que quería y tengo dos hijos que ya son mayores. Uno de 45 años y una chica de 43. A mi hijo le dio por el ciclismo y estuvo ahí en categoría amateur. Pero le hice ver que debía tener algo detrás. Hoy es ingeniero en telecomunicaciones y mi hija arquitecto.

Está muy bien.
Ya lo creo. Yo no podía dejar que dejasen de estudiar y se quedasen con una mano delante y otra detrás. Y estoy contento, que es lo más importante. Y luego tenemos nuestra casita en Oropesa y allí pasamos unos ratos. No pedimos más a la vida. Nos conformamos con ser felices y disfrutar de la familia y la bicicleta.

 

 


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de BICIO

2 Comentarios

  1. !Ostras¡ Heredia, en el 98 tuvimos una charla juntos en tu preciosa tienda…
    Charlamos durante una tarde; tenías unos componentes Chorus que eran una maravilla. Aún recuerdo el precio; el cambio Campagnolo Chorus, plateado, brillante, de 10v, 10.000 ptas.
    No tenía dinero para ello (muy diferente actualmente), pero la charla contigo y tu afabilidad fue muy buena. (Los componentes entonces eran *carísimos y Campagnolo mucho más; para no variar, claro)
    Cuando se lo conté a mis compañeros de trabajo, pues ese días estábamos por allí, fue estupendo
    Nunca más nos volvimos a ver; pero te recuerdo como una estupenda persona.
    Y por lo que leo de esta entrevista, así todo vaya bien y sigamos corriendo en bici, aunque seamos mayores. Yo un poco menos que tú, y a veces también sufriendo los atropellos de despistados al volante al incumplir las normas algunos automovilistas.
    Que haya salud y me alegro por esa recuperación; eso es que estás “fuerte” en el mejor sentido

    [*Actualmente vuelven a ser caros, pero también hay un mercado amplísimo dónde se puede hallar de todo]

Deja un comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here

Con la publicación de un comentario acepto expresamente recibir la newsletter y soy conocedor de que puedo darme de baja en cualquier momento de acuerdo a nuestra política de privacidad