Julian Alaphilippe ha sido más noticia por asuntos extradeportivos que deportivos, sobre todo después de unos comentarios despectivos de Patrick Lefevere en febrero. El director general del Soudal Quick Step sugirió que Alaphilippe había salido demasiado de fiesta, pero más tarde aclaró que esta afirmación se refería a hechos que habían sucedido unos años atrás. Y afirmó que el francés “está bajo el hechizo de Marion Rousse” (su pareja), la cual rechazó dichas afirmaciones.
Alaphilippe queriéndose alejar de esta polémica, quería demostrar en esta temporada de clásicas, que sigue teniendo nivel para competir, pero parece que se le ha ido de las manos.
El doble campeón del mundo, que se fracturó el peroné en la Strade Bianche tomó dos días después la salida de la Tirreno-Adriático, sin haber sido probado y con dolor en la pierna. “No quería decirlo porque no quería que la gente pensara que estaba poniendo excusas“, dijo Alaphilippe en una entrevista a Le Parisien.
El francés expresó que sufrió mucho con su caída en la Strade Bianche, la cual le dañó la moral, porque antes tenía buenas piernas y porque es una competición que le gusta mucho. “Esta caída fue un duro golpe para mí. Y me dolía la rodilla izquierda”.
Dolores y lesión
Aunque tuviera continuos dolores, Alaphilippe corrió la Milán-San Remo, en la que terminó en el Top 10. Pero, luego se topó con lo peor: se sometió a las pruebas médicas que “mostraron que había una fractura en la cabeza del peroné. Esto explicaba por qué el dolor no desaparecía”, admite.
Según el ciclista del Soudal, el dolor era muy molesto, pero no algo insoportable. Por eso, los médicos le aconsejaron antes de las clásicas flamencas que la decisión de correr o no dependía de él.
Estas decisiones y actuaciones se deben a que el francés es una figura muy importante en el equipo. Lefevere ha explicado que tiene muchos focos y expectativas puestas en Alaphilippe debido a su elevado salario tras una doble victoria en los Mundiales de 2020 y 2021.
