Joana Somarriba cumple hoy 51 años y el mejor regalo fue el que nos ha hecho ella este verano con su regreso al mundo del ciclismo como embajadora y asesora del Laboral Kutxa.
Ha vuelto, como dijo ella el día de su presentación, para aprender.
Pero, sobre todo, para transmitir a las ciclistas del Laboral Kutxa, que hoy son un reflejo de lo que fue ella: Joane Somarriba, la mujer que nos descubrió América en el ciclismo femenino.
Una pionera de los pies a la cabeza que hoy cumple 51 años y a la que queríamos felicitar porque es nuestra manera de agradecer todo lo que pasó (que fue mucho).
-A veces se nos olvida que en la competición todo es exigencia -avisa de cara a su nuevo trabajo- y por lo tanto es importante conocer las necesidades, dudas o inquietudes de las ciclistas.
Y ésa es la palabra de Joane Somarriba, que es como volver a abrir el libro que dejaste aparcado en invierno y reencontrarte con la mujer que ganó el Giro de Italia (dos veces) y el Tour de Francia (tres).
Y aquello, más que una ciclista, procuró un personaje, que es imposible de olvidar.
Entonces su nombre era sinónimo de victoria porque Joane lo ganaba todo y, al día siguiente, lo leíamos en los periódicos y nos invadía la curiosidad y la admiración: la envidia sana también.
Máxime al enterarnos de que, en realidad, Joane Somarriba era una emigrante.
Pero como sus carreras tampoco se retransmitían en televisión nos restaban el derecho a saber más de ella y a emocionarnos con ella en directo.
De ahí se generó una secreta admiración por una mujer que era como una fábrica de producir victorias.
Y eso nunca es fácil.
Porque ganar es algo más que pedalear más rápido que las rivales (se ha dicho siempre).
Ganar es lo que nos contó de ella el periodista Jon Rivas, que escribió una maravillosa biografía de Joane Somarriba.
Rivas retrocedió entonces hasta el Mundial de Hamilton (Canadá) de 2003 en el que la expedición española llevó un cocinero que preparaba comidas especiales solo para el equipo masculino.
Y aquello lo paró en seco Joane Somarriba:
-Les dije que no había derecho a esa discriminación -recordó ella.
Seguramente entonces no tuvo ninguna portada ni se le dio la popularidad que merecía.
Pero entre las características de Joane la vanidad nunca fue la más importante. Quizás por eso también fue la mejor.
La diferencia real está en su biografía, que es una piedra preciosa que se puede encontrar en la Wikipedia.
Yo hoy sólo pretendía recordar a esta mujer que se retiró el día que decidió ser madre, que tiene tres hijos y que ha batallado frente a la enfermedad del Crohn, y que nuevamente ha sabido plantar cara al destino.
Y aquí está de nuevo entre nosotros, en el mundo del ciclismo.
Con la humildad y la positividad que hizo diferencia en su época.
Con la verdad por delante también.
Con más años de experiencia.
Y con una sonrisa de buena gente que demuestra que entre vencer y convencer lo más importante es convencerse de lo que uno hace.
Y esa es la palabra, respaldada por 51 años de vida que defiende todo un personaje: Joane Somarriba.
