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“Cuando dejé la bicicleta me compré una furgoneta y me puse a repartir carne de cerdo”

José Pesarrodona fue el ganador de la Vuelta a España de 1976. Hoy, es un pensionista de 77 años que ahora disfruta de la vida rural. “No soy un hombre de muchas palabras”. 

“El ciclismo no me sacó de la pobreza. Nunca gané más de unas cien mil pesetas (600 euros)”, explica José Pesarrodona, aquel magnífico ciclista del Kas. El hombre que ganó a Luis Ocaña la Vuelta a España de 1976.  “De chaval yo siempre decía que quería ser ciclista”, recuerda hoy, a los 77 años. “Y lo fui porque en Manresa un señor hizo un equipo de juveniles”. Después, su vida no fue fácil. “Mi padre se mató en un accidente al probar una cosechadora cuando yo tenía 17 años. Y entonces empecé a trabajar en maquinaría industrial hasta que apareció el ciclismo”.

Le han subido un 8,5% la pensión en 2023, enhorabuena.
Eso es verdad. Cuando vi que habían subido 70 euros no me lo creía. Era impensable. Estaba acostumbrado a subidas de 2 o 3 euros cada año.

¿Sólo?
Bueno, yo es que tengo la mínima de la mínima de las pensiones. Debo andar por los 1.000 euros. Era autónomo y pagaba lo mínimo. Pero siempre he ahorrado alguna cosa. Y no vamos mal del todo.

Y lo importante es que se encuentra bien.
Si no fuese por la próstata, me encontraría mejor. Pero se complicó porque yo no voy nunca al médico. Siempre decía, ‘ya iré‘ y, cuando fui, me encontré que tenía los riñones un poco sucios. Pero poco a poco se han ido limpiando. Tuve hasta una infección de orina. Pero ya le digo que se va solucionando.

¿Y sale en bicicleta?
El año pasado no salí ni un día. Siempre iba por la misma carretera en la que había poco tráfico y me lo pasaba bien. Pero me vino la pereza, hacia mucho calor en verano y no salí ni un solo día. Y mire que cuando salgo me encuentro mejor de salud, pero la pereza es la pereza.

¿Qué queda a los 77 del ciclista que fue?
Casi nada. Fui un ciclista que hoy no se imaginaría. No había médicos especializados. El masajista te decía ‘toma estas vitaminas’. Pero no nos hacían una analítica de las de ahora para ver lo que te faltaba. Cogíamos la forma a golpe de insistir por nosotros mismos.

Ganó usted la Vuelta a España del 76.
Así fue.

¿Y le cambió la vida?
Algo, pero no tanto. Recuerdo que con el dinero que gané solo pude dar para la entrada del piso en Manresa, nada más.

Y eso que en su época corrían Ocaña, Perurena…
La Vuelta a España, que yo gané, Ocaña hizo segundo. Pero en cuanto a los premios no evolucionamos en el tiempo. Recuerdo que yo iba a por material a la tienda de bicicletas de Poblet y me decía que lo que cobré yo por ganar la Vuelta era lo mismo que se pagaba diez años antes.

¿Y entonces?
Cuando dejé la bicicleta me compré una furgoneta y me puse a repartir carne de cerdo. Yo tenía un cuñado que se ganaba bien la vida con eso y dije ‘vamos a probar’, porque era un trabajo de ir de un sitio para otro en el que pasaba el tiempo rápido.

¿Y después?
Después, monté una tienda. Al principio costó mucho arrancar. Nadie cambiaba la bicicleta. Vivíamos de las reparaciones que hacíamos. Pero luego hubo el boom de la bicicleta de montaña y el negocio mejoró mucho y se notó en mi vida. Podía comprar cosas hasta entonces impensables.

¿Cómo es su relación con el ciclismo?
A veces, Perico Delgado me llama. El otro día, cuando hicieron la presentación de la Vuelta en Barcelona, me llamó que fuese. Pero con la excusa de que estoy fastidiado de la próstata no pude ir.

Mala suerte.
Bueno, no soy un hombre de hablar. Prefiero el tiempo libre y aprovecharlo en lo que me gusta hacer. Ahora estoy en la casa de campo rural que tenemos en Sant Salvador de Guardiola, en un arrabal, con los huertos…., y se está bien aquí. Vemos la montaña de Montserrat desde el comedor.

En definitiva, es feliz así.
No todo el día porque la felicidad no dura un día entero. En cualquier momento te puede pasar una cosa que te enfada. Pero, sí, he aprendido a saberme llevar. No me tengo miedo, aunque veces el no hacer nada también te enfada. Pero, ya sabe, es lo que pasa al estar jubilado.

¿Ve ciclismo por televisión?
Sí, y lo disfruto mucho. No sé lo que almuerzan, pero van muy deprisa subiendo. El nivel es bestial. Han mejorado las bicicletas, el recorrido, el pavimento… A veces, resulta monótono tanto control, pero en general me lo paso bien viéndolo por televisión.

Pues eso es lo importante.
Yo disfruto con el ciclismo y por suerte aparece gente como Evenepoel, el que ha ganado la última Vuelta a España. Me encanta su valentía.  Coge una escapada y tira él. Esto no se veía hasta ahora. Ha hecho unas demostraciones fantásticas. Hay otros que, si no tiran los demás, no se mueven. Pero Evenepoel es como el ciclista que yo quise ser de niño.

 


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