Casi sin permiso, y en su debut en el Tour de Francia, Carlos Rodríguez amenaza el podio. Hacía mucho tiempo que no nos enamorabamos así de un ciclista tan joven
Ni Landa ni Enric Mas: nuestro amor de verano es Carlos Rodríguez.
Le estamos muy agradecidos.
El joven ciclista español (2001, Almuñécar) debuta en el Tour. Y no le tiemblan las piernas ni la cabeza.
Y eso que su preparación no fue sencilla.
Durante este 2023, se fracturó la clavícula y le atropelló un coche.
Llegaba al Tour entre algodones, a ver qué podía pasar.
Pero su debut está siendo casi inmejorable.
Primero, en las etapas del Pais Vasco. Cumplió con nota.
Después, en los Pirineos, donde ha dejado las mejores sensaciones posibles.
En el Marie – Blanque entró junto con Pogacar. En Cauterets, llegó a 2′ de los grandes gallos del Tour. Y en el Puy de Dôme logró soltar a Hindley, le restó 14 segundos en la general y nos invita a soñar con el podio.
La gente que le conoce habla de su regularidad, de su madurez.
Y nosotros nos hemos venido arriba.
Hace 8 años que no vemos a un ciclista español en el podio de París, desde Alejandro Valverde en el Tour 2015.
Carlos Rodríguez ahora mismo se encuentra 4° en la clasificación general a 1’42” de Jai Hindley: podemos soñar.
Necesitábamos soñar con alguien como él.
Joven y extraordinariamente preparado: física y mentalmente.
Y es que, tras la retirada de Enric Mas y la caída de Landa, no éramos tan optimistas en este Tour.
Carlos, sin embargo, pone en su sitio al optimismo: “No es algo que me obsesione el podio. Lo que tenga que ser, será”.
Nadie duda de su calidad para lograrlo. Ni siquiera, sus propios compañeros de Ineos, que le han hecho líder del equipo e intentarán ayudarle.
Pero hay que esperar a la tercera semana.
De momento, la lucha que continuará en los Alpes, donde Carlos Rodríguez podría salir reforzado como algo mas que una gran promesa del ciclismo español.
El Tour le ha abierto las puertas como sucedió hace 40 años, en el legendario Tour del 83, con Perico Delgado.