Si alguna vez te ha llamado la atención el aspecto de una bici durante uno de tus paseos, seguramente se trataba de una bicicleta holandesa. Conquista, pero no solo es por la estética. Su comodidad y alta funcionalidad en desplazamientos urbanos convence a quienes prefieren este medio de transporte en la ciudad. Si es tu caso, sigue leyendo.
Características: así es una bicicleta holandesa
Se llama “bicicleta holandesa” a un modelo de paseo con cuadro de estilo retro muy característico, luego hablamos de, eminentemente, una corriente estética. Pero la razón por la que son tan populares las bicicletas holandesas no es solo el estilo, sino la comodidad y amplias prestaciones en el entorno urbano: están diseñadas para trayectos cortos y medios en llano.
Esto último puede explicar su denominación. Las bicis están diseñadas al estilo holandés, es decir, para rodar sobre carriles bicis anchos, bien pavimentados y que discurren por lugares llanos o con muy poca pendiente. Como si estuvieras en Ámsterdam, aunque ciudades de España como Albacete, Vitoria, Castellón o Córdoba también disponen de kilómetros de carriles bici y servicios relacionados útiles, como el alquiler de bicicletas.
En cuanto a características, las principales son:
- El cuadro suele estar fabricado en acero o aluminio. La barra puede ser recta, curva o de cuello de cisne. El tubo del sillín es corto para favorecer una posición más cómoda y segura.
- Tienen horquilla rígida.
- El asiento es más recto que en otras bicis, pero más ancho, con un relleno más grueso y, generalmente, está revestido de piel o un tejido sintético que la imite. Suele llevar muelles.
- Las ruedas suelen tener 26 pulgadas y, a veces, 28. Las cubiertas son anchas.
- Integra componentes protectores, como los cubrecadenas, que tapan para ganar en estética y protegen los componentes.
- Los frenos más habituales son los de zapatas y el contrapedal.
- Tiene accesorios como el portaequipajes trasero o la cesta delantera, que nunca faltan en las bicicletas urbanas, además de otros obligatorios como las luces de seguridad.
Guía de compra: lo que necesitas saber para encontrar tu bicicleta holandesa
Aunque el apartado estético suele decantar la balanza, siempre hay aspectos más importantes que considerar. Repasamos algunos de ellos a modo de guía de compra.
Tamaño del cuadro
Determina la talla de la bicicleta, que suele variar entre hombre, mujer y, en menor medida, niño o niña. Hay tallas de equivalencias entre altura en centímetros o pulgadas y tallas, aunque, como puedes ver aquí, calcular la altura de la entrepierna resulta más fiable.
Si se trata de una bicicleta holandesa de talla única, algo que es habitual, asegúrate de que podrás modificar bien la altura del sillín y mejorar la del manillar.
Tipo de bici
La bici holandesa es, por definición, urbana. Cubre desplazamientos en carretera, siempre que se den las condiciones que ya especificamos al definirla. Por ejemplo, si vives en el área metropolitana de una ciudad, y hay carril bici disponible, podrás usarla con comodidad.
Eléctrica
La asistencia al pedaleo es algo apreciable, sobre todo, para principiantes que desean una conducción híbrida que no les genere tanto esfuerzo.
Hay bicicletas holandesas eléctricas con baterías de 36 o 48V, motor de 250W y niveles de autonomía que prometen cubrir incluso los más de 100 km (lo que luego suele distar de la realidad). Y pueden resultar más baratas de lo que crees: menos de 500 euros en algunos casos.
Plegable
La posibilidad de plegado te interesa especialmente si tienes que combinar trayectos en bici y en transporte público o si cuentas con poco espacio de almacenamiento en casa.
Accesorios
La gama es amplia: timbres, cestas, candados, colgadores, fundas, alforjas, sillas portabebés, elementos de seguridad (como cascos y luces) y elementos decorativos (como vinilos). Si necesitas uno concreto, comprueba si hay promociones especiales de las marcas que te gustan.
Lo ideal, sin embargo, es que la bici se venda en su versión más básica para que tú decidas qué agregas según tus necesidades, sin pagar de más. Si te ofrecen opciones de personalización, mejor.
Marca
Una de la más conocidas es Gazelle, cuyos diseños, en cualquier tipo de bici, guardan las líneas clásicas tan valoradas en las holandesas. También es muy conocida la marca Giant, con una gama amplia de modelos. En relación calidad-precio destacan otras como OLX, Moma Bikes o Licorne.
¿Nueva o segunda mano?
El mercado de segunda mano ha dado un salto cualitativo y ofrece opciones interesantes, así que te puede convenir echarle un vistazo a sitios como Milanuncios o Wallapop. Sobre todo, si aún tienes dudas sobre cuánto vas a usar la bici o ya sabes que le darás un uso muy puntual. En ese caso, estudia la posibilidad de los servicios de alquiler de tu ciudad, si los hay.
Si te decantas por la segunda mano y puedes, haz el intercambio en persona y revisa soldaduras, presencia de posibles ruidos, frenos, sistemas de transmisión, cubiertas y componentes.
Dónde comprarla
Grandes superficies como Decathlon o Carrefour ofrecen modelos con una relación calidad-precio muy ajustada.
Decathlon vende bicicletas urbanas clásica de marcas como Moma, Capri o Elops desde alrededor de 250 euros, incluso menos si se trata de un producto de promoción. Además, ten en cuenta que en la web hay un apartado especial de productos de segunda mano (“Decathlon Segunda Vida”). Están reacondicionados y vienen con una garantía de tres años.
Otras opciones son grandes almacenes generalistas online o físicos, desde Amazon a El Corte Inglés; o bien tiendas especializadas en bicicletas y sus componentes en exclusiva.
En definitiva, una bicicleta holandesa está diseñada para quienes prefieren este medio como vía de desplazamiento en la ciudad, en trayectos cortos o medios y terrenos pavimentados sin excesivas complicaciones. Son cómodas y funcionales como bicis urbanas, pero conquista, sobre todo, por su aspecto retro.
