3 síntomas de que estás sobreentrenando

Muchos ciclistas se obsesionan con los entrenamientos lo cual, a la larga, acaba siendo su peor enemigo. Sobreentrenar es nocivo no solo para los músculos sino también para otras partes de nuestro organismo. Y sin embargo, muchos ciclistas no saben detectar cuándo están entrenando demasiado.

Tu cuerpo es único y debes aprender a conocerlo y a optimizarlo al máximo para conseguir los mejores registros. En la mayoría de los casos intentar entrenar como los profesionales o pretender hacer tiempos de subida estratosféricos como los de Vingegaard, Roglic o Evenepoel no tiene ningún sentido. Lo que sí tiene sentido es conocernos para mejorar y poder superarnos semana a semana.

Por eso es importante estar atento a las señales clave que te da tu cuerpo cuando estás entrenando demasiado duro y que pueden llegar a ser nocivas. Si las detectas, quizá debes tomarte el deporte con un poco más de calma.

Aquí van:

No rindes con normalidad y no superas tus marcas

No superar tus marcas es habitual si no aumentas la intensidad del entrenamiento, pero también puede ocurrir cuando te esfuerzas demasiado.

Es cierto que el rendimiento tiene altibajos, pero cuando estos picos de rendimiento son demasiado altos y además son habituales, es posible que estemos sobreentrenando.

Al sobreentrenar es mucho más complicado llegar a los niveles habituales de entrenamiento. De hecho, suele ocurrir que ni siquiera lleguemos a los niveles más bajos de entrenamiento e incluso que perdamos cierta motivación deportiva.

Un ritmo cardíaco arrítmico

Antes de nada hay que destacar que debemos monitorizar la frecuencia cardíaca en reposo y con un punto de referencia. Para ello hay que escoger un momento del día que podamos medir fácilmente y que no dependa de ciertos parámetros como el estrés laboral. Por ello muchos especialistas recomiendan tomar este valor por la mañana, nada más despertar.

Y si esa frecuencia cardiaca en el momento de control supera demasiado los datos de normalidad, no hay que entrenar. En ocasiones una enfermedad puntual puede trastocar los latidos por minuto que tienes de media, y no ocurriría nada. Pero si ese valor es 10 latidos o más por minuto por encima de la marca de referencia en una mañana determinada se debe parar de entrenar.

Te lesionas con frecuencia y sueles enfermar

Tener ciertos dolores es normal. Cuando entrenamos ponemos al cuerpo a trabajar a un nivel que no es habitual, con esfuerzos importantes, haciendo que los músculos trabajen a máxima potencia. Y este trabajo en ocasiones genera dolores. Las más habituales son las agujetas, pero seguro que has sentido otros muchos tipos de dolores más allá de unas simples agujetas.

Hacer trabajar los músculos no es algo malo, de hecho es lo que estimula la adaptación y la mejora. Sin embargo, cuando estás sobreentrenando ciertos problemas musculares suelen ser mucho más habituales y pueden terminar con una lesión seria. Conseguir detectar ese momento en que tus músculos están gritándote ¡Basta! Es esencial para frenar y es un síntoma de este sobreentrenamiento.

Igualmente, estar demasiado enfermo y tener un sistema inmunológico débil es un síntoma importante de sobreentrenamiento. Si entrenas mucho y a la vez estás resfriado continuamente, cansado, no se te va esa maldita tos o pillas cualquier infección que pasa a menos de 5 metros de ti, quizá estás sobreentrenando.