Rafa Nadal resuelve su debut sin sobresaltos

Rafa Nadal no debía sufrir en su debut en Roland Garros 2015. Y no lo hizo. El francés Quentin Halys, 18 años y 296 del mundo, que había accedido al cuadro final de su primer Grand Slam gracias a una invitación del torneo, le hizo sudar lo justo la camiseta: 6-3, 6-3 y 6-4 en una hora y 50 minutos. Imponente rival para el galo. Imponente escenario.

Mientras Nadal ni tuvo que forzar la máquina, Halys fue al mil por mil desde el primer punto. Destellos de un gran futuro, con un tenis completo que todavía hay que seguir puliendo (en especial, los golpes en movimiento) pero insuficiente aún, por experiencia y regularidad, para incomodar al nueve veces campeón del torneo. Rafa mostró una línea sólida de juego, sin alardes, aunque ha confesado haber sufrido pequeñas lagunas de concentración. Quizá se refirió a las oportunidades de sentenciar antes el duelo.

Pero el desgaste ha sido mínimo, una buena notícia para el camino que le espera, plagado de 'minas'. La siguiente: el murciano Nicolás Almagro que dio cuenta del ucraniano Alexandr Dolgopolov por 6-3, 2-6, 6-4 y 7-6 (6), un duelo en el que habrá que imprimir, seguro, una marcha más. No le ha hecho falta ante un Halys que ha cometido 52 errores (fruto de estar forzando al límite en cada golpe) por 13 de Nadal, que, además sumó más golpes ganadores: 26 por 24 de Quentin. 

Ha sido una hora y 50 minutos, prácticamente la misma duración de un entrenamiento, en el que Nadal ha podido comprobar que su derecha se está afinando y que con su revés también puede hacer daño. Esto no ha hecho más que empezar...