¿Y si ganara la moción de censura?

Agustí Benedito está convencido de que sacará adelante el voto de censura contra Josep Maria Bartomeu y su junta

Agustí Benedito está convencido de que sacará adelante el voto de censura contra Josep Maria Bartomeu y su junta / Javi Ferrándiz

Toni Frieros

Toni Frieros

No perdamos el tiempo debatiendo si la moción de censura promovida por Agustí Benedito tiene razón de ser o no. El poder establecido, sus acólitos y una gran bolsa de socios del FC Barcelona consideran que no viene a cuento. Tan cierto como que también existe un importante sector de la masa social que la considera necesaria. Me quedo con el derecho que tiene todo socio a hacer uso de una facultad recogida en la Carta Magna de la entidad: los Estatutos. Aquí quienes realmente sobran son aquellos que se creen con el derecho a dar carnets de buenos y malos barcelonistas en función de sus propios intereses.

Lo verdaderamente interesante, a mi juicio, y al margen de lo que pueda acontecer hasta el final del proceso, es lo que ha venido ocurriendo durante todo el camino. Todavía se pueden oír las carcajadas que hubo en las oficinas de Arístides Maillol cuando tuvieron conocimiento del propósito de Benedito: “Está loco”, “es imposible que las consiga”, “solo busca publicidad”... De aquellas carcajadas se pasó a un moderado silencio en cuanto el promotor echó a andar con la apertura de su página web. Y del moderado silencio a una incipiente preocupación al ver el ritmo de adhesiones que ha ido recibiendo en los partidos de Liga ante Espanyol y Juventus.

En el interín, y de forma muy sospechosa, se produjeron unas llamadas telefónicas a socios del FC Barcelona en las que se les hacía preguntas muy directas relacionadas con la moción de censura. El club niega que ese ‘tracking’ urgente (encuesta) fuera encargo suyo.

Benedito también lo niega. Alguien miente y conociendo al personal sospecho quién... Por lo tanto, lo que al principio era considerada la aventura de un Quijote, ha empezado a verse como una seria amenaza, hasta el punto de que algunas decisiones y acciones que tiene previstas llevar a cabo el FC Barcelona se han aplazado hasta ver cómo termina este proceso.

Benedito, desde luego, no ha gozado de la cobertura mediática que en 2008 sí tuvo el promotor de la última moción, Oriol Giralt. Cada uno en su casa hace lo que quiere, pero es sorprendente que algunos medios no hayan entrevistado a Agustí Benedito para que explique las razones de su acción y sí le hayan dado protagonismo a Oriol Giralt diez años después de su moción. Giralt, en 2008, tuvo todo el apoyo del grupo de Sandro

Rosell y de un potente sello editorial. Salieron a la palestra los Bartomeu, Faus, Moix...

La empresa de Benedito es ciertamente faraónica. Le hacen falta más de 16.500 firmas para poner en marcha la moción, cuando a Giralt, hace diez años, le bastaban 5.882 adhesiones. Aquí no hay victorias morales. O pones en marcha la moción o no la pones, aunque si Benedito es capaz de presentar más firmas que las obtenidas por Giralt en 2008 (fueron 9.145 válidas), nadie podrá quitarle la satisfacción de haber hecho bien las cosas. ¿Y si después de todo ocurre lo que dicen que es imposible que ocurra? ¿Y si al final sale adelante la moción de censura? ¿Y si el club se ve abocado a unas nuevas elecciones? ¿Qué precandidatos estarían ya preparados para la batalla electoral? Es un panorama inimaginable, ¿verdad? O quizá no...