Atlético de Madrid, 2 - Elche, 0

El Atlético, a 270 minutos de ser campeón

El Atlético sufrió para ganar, pero ya está solo a tres partidos de ser campeón

EFE

Una acción a balón parado, transformada por el brasileño Joao Miranda en el 1-0, sostuvo hoy la ventaja en la carrera por la Liga del Atlético de Madrid, que descontó a tres triunfos su distancia del título con un triunfo apurado, sentenciado en el último minuto con el 2-0 contra un Elche muy competitivo.

La fórmula córner-remate-gol, la misma que le dio tres puntos hace un par de encuentros frente al Granada, la misma que tanto botín le ha dado este curso al conjunto madrileño, fue su solución a un partido complicado, en el que el Atlético falló un penalti y acabó pidiendo la hora para sumar su octava victoria consecutiva. También dejó sin nada a un meritorio Elche, que frenó al equipo rojiblanco durante casi todo el encuentro, que, apoyado en su trabajo colectivo, en su colocación y en su intensidad, discutió los tres puntos hasta prácticamente el final, hasta que Diego Costa logró el 2-0 de penalti y alivió una tarde de sufrimiento atlético.

En toda la primera parte, el Atlético no logró el partido que quería, ese duelo que traza desde el vestuario, en el que multiplica sus virtudes, en el que busca el lugar para dañar a su adversario y en el que minimiza a su rival para sentir el menor riesgo defensivo. No lo encontró ni en ataque ni en defensa camino del intermedio. Un buen Elche, ajustado atrás y rápido al contragolpe, exigió al equipo rojiblanco desde el inicio. Lo enredó arriba, salvo un par de combinaciones tan veloces como precisas que terminaron sin remate, cubrió los espacios, desactivó las carreras al desmarque de Diego Costa y cerró el primer tiempo con menos inquietud de la esperada.

Sólo una ocasión, cuando volcó parte de su juego en las entradas por banda derecha de Juanfran Torres, contó el Atlético en toda la primera mitad. Centró el lateral, la peinó Diego Costa y Villa remachó fuera con todo a favor. La repentina llegada del balón no le permitió armar el remate con esa eficacia indispensable para el gol. Incluso, tiró más el Elche a la portería de Courtois en el primer tramo del encuentro. En un solo minuto, entre el 25 y el 26, el portero belga agrandó sus magníficas estadísticas de paradas, con una estirada a disparo de Javi Márquez y, en el posterior saque de esquina, con una doble intervención a remate de Alberto Botía.

El partido, con 45 minutos disputados, transcurría lejos de las expectativas del Atlético, mucho más cerca de las ambiciones del Elche, con Manu Herrera, su guardameta, sin una sola parada difícil y con una sensación de preocupación en la animosa grada rojiblanca por las complicaciones de su equipo para derribar a su contrincante.

Ni de penalti al borde del minuto 50, el que cometió Sapunaru sobre Raúl García, la opción elegida por Simeone en el intermedio para la reacción de su equipo. Tras el lanzamiento fallado por Diego Costa el pasado domingo en Getafe, hoy asumió la responsabilidad David Villa, por indicación del propio "Cholo". Lo paró Manu Herrera para presionar más al Atlético. Pero la pena máxima, con el fallo incluso, encendió al equipo rojiblanco, mucho más incisivo, más directo, más decidido sobre la portería del Elche. El reloj, con el peso del paso de los minutos, y la lucha por la Liga reclamaban una reacción del Atlético, que aceleró su fútbol ofensivo, pero aún sin la profundidad necesaria.

Simeone agotó los tres cambios antes del primer cuarto de hora del segundo tiempo. No suele hacerlo el técnico, que, a la entrada de Raúl García en el descanso, sumó al brasileño Diego Ribas y al argentino José Sosa para tratar de solucionar un choque incierto para el Atlético, resuelto una vez con un córner y un cabezazo. La puso Sosa desde la esquina, la remató el brasileño Joao Miranda cuando el cronómetro ya apuraba al conjunto rojiblanco, ya con menos de 20 minutos por delante. Sufrió el Atlético hasta el último minuto, cuando Diego Costa aseguró la victoria de penalti y acercó a su equipo a tres triunfos del soñado título del campeonato.