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Amor: "Nunca se puso una pistola para que venga nadie"

El que fuera director del fútbol base azulgrana defiende su gestión y mostró su malestar por no conocer el origen de la denuncia al FC Barcelona

Guillermo Amor, en la puerta de La Masia

Guillermo Amor, en la puerta de La Masia / sport

SPORT.es

Guillermo Amor pasó por los micrófonos de 'Al Primer Toque' de Onda Cero y defendió su actuación al frente de la cantera del FC Barcelona con la sanción de FIFA planeando por La Masia.

“Me sabe muy mal que se le haya hecho tanto daño al Barça, un club que pone todos los medios para que a los chicos no les falte nada y lo más triste es que no sabemos quién ha puesto esa denuncia. Me parece muy triste, no me parece justo, con todo lo que ha dedicado durante tantos años a los chicos, preocupación por las familias… ¿Quién ha sido? ¿Qué interés de los clubes pueden tener?“, se preguntó Amor.

Y defendió el modelo del FC Barcelona: "En el Barça se actuó como se ha hecho durante años. Nuestra misión siempre ha sido buscar el talento por todo el mundo y traerlos, nunca se pone una pistola para que venga nadie. Normalmente son familias que están deseando venir, algunos hasta se ofrecen. No es justo que haya jugadores que llevan toda la vida en Catalunya y ahora se tienen que volver a su país".

Amor se mostró muy molesto por el anonimato de la denuncia y avisó: "Muchos clubes han actuado y están actuando de la misma manera pero nos ha tocado a nosotros que no sabemos de dónde viene la denuncia. Si a mí me acusan de algo me gusta saber quién ha sido porque a lo mejor tenemos un problema”.

Y es que Amor recordó los inicios de toda la problemática con el coreano Lee en el centro de la polémica. "Todo viene por la denuncia del coreano Lee y se empieza a pedir más información. El Barça dedica mucho tiempo a los jugadores, por todos igual, pero si hay un jugador por el que empleamos mucho tiempo fue por Lee, desde el primer día que llegó. Aunque no jugase prefería quedarse en la Masía según nos decía él y la familia”, señaló.

A día de hoy, Guillermo ve poca solución a la actual situación y lamenta no haber actuado con más contundencia en aquel momento. "La única manera de solucionar este problema era coger un avión, irse el día siguiente allí y hablar con quien hiciera falta, si es Blatter pues Blatter, preguntar qué pasaba, pedir perdón, devolvemos a los chicos a su casa, solucionamos y arreglamos y buscamos que puedan jugar. En su momento se tenía que haber puesto remedio”, declaró.

El por qué ha ocurrido esto sí que lo tiene claro. Amor no se explica cómo el Bará ha pasado de ser un modelo para todo el mundo a de golpe y porrazo estar sancionado y con una forma de cuidar el fútbol base en entredicho. “Llevamos unos años en los que el Barça ha estado muy arriba, a la cabeza. Nos llegaban peticiones de entrevistas de todos los medios del mundo para conocer cómo era la base del club porque la mayoría del primer equipo eran canteranos. ¿Envidia? Eso igual había gente a la que no le gustaba”, concluyó.