La entrevista

El señor Barragán: "Mi madre no me daba de cenar si perdía el Barça"

Lleva tres décadas haciendo reír con sus chistes irreverentes y "guarrindongos", como él dice. Don Manuel Barragán es un vagabundo culé que se hizo del Barça "por culpa del hambre". Y, aunque no tiene "ni idea" de fútbol, durante varios años narró los partidos del equipo azulgrana

RICARD LÓPEZ

- ¿A qué se dedica hoy en día el señor Barragán?

Nada, pues aquí, holgazaneando, y a pedir, y ya está. Con la que está cayendo, en el parque de los niños... Como no ponen un cartel con la edad, pues me columpio, y nunca mejor dicho. Había colaborado hace tiempo escribiendo cosas en El Periódico. No tenía ni idea, pero mira, me daban un dinerillo. Como a mucha gente hoy en día, que le pagan por tocarse los huevos, o por hacer lo que no saben. No digo los políticos... pero sí. Y vamos tirando, que son dos días y la mitad llueve.

- Usted participaba en las narraciones radiofónicas de partidos en el 'Força Barça' de Alfonso Arús, cuando Johan Cruyff era entrenador. ¿Qué recuerda de aquellos tiempos?

Yo no entendía de fútbol y estaba ahí y veía al tío de la bandera blanca y le decía al Arús: "¿qué hace aquél, que se rinde?". Yo creía que el saque de banda es que salía la banda de música o tocar... o yo qué sé. Que inmovilizar al contrario era clavarle por los pies en el suelo (no se puede decir los huevos, ¿no?). Pero nos reíamos, y la gente también. ¿Sabe qué hacía la gente?. Ponía la tele y bajaba el volumen para oírnos por la radio. Hacíamos de todo menos radiar el partido. Y también contábamos chistes...

- ¿Se acuerda de alguno de fútbol?

Sí 'cheñó'. Érase una vez un delantero tan malo, tan malo, que una vez marcó un gol y en la repetición lo falló. ¿Comprende?. O aquél de un socio de un equipo de Tercera regional que va a la taquilla y dice: "¡deme una entrada de gol!". Y le contestan: "No, aquí sólo tenemos entradas de: ¡uuuyyy!".

- Además de chistes imitaban a jugadores, presidentes, entrenadores... les daban ustedes mucha caña.

¡Uy, sí!. Cuando hacíamos el 'Força Barça' en la tele, el Sergi Mas se ponía un pañuelo en la cabeza para imitar al Stoichkov, y el Arús le decía: “¡que se nos va a cabrear!”. Gracias a Sergi Mas me censuraron a mí una vez en la radio, porque les conté un chiste muy guarro. Él me dijo: “¡cuéntalo, cuéntalo!”. Y sí, sí, ¡a tomar por saco!. Y me lo había contado mi hijo. Me sacaron de la emisora a nivel de España, y me quedé sólo para Catalunya. Se ve que como los catalanes somos más tontitos, pues aquí puedo decir lo que quiera.

- ¿Ve algún paralelismo con la época actual?. En aquella época estaban Stoichkov, Hugo Sánchez... hoy hay otros como Cristiano Ronaldo.

Ahora hay de todo. Aquél va de guapo, el otro va de chulo, el de más allá, de estrella. Y me sabe mal por la afición, porque no tienen la culpa de esto. Ahora el Cristiano Ronaldo va a salir en ropa interior, podrá marcar paquetorro. Y, si no, que se ponga papel de periódico.

- ¿Usted ve el fútbol actualmente?. ¿Qué le parece el Barça?

El Barça es el mejor equipo del mundo, con su tiqui-taca. Y la 'Roja' lo aprovecha, y a disfrutar. Lástima que no toda España pueda ser del Barça. Me sabe mal por mi suegro, que se murió y no lo llegó a ver esta época tan gloriosa. Pero igual lo ve desde el cielo, el mamón.

- ¿De dónde le viene su afición azulgrana?

Por mi madre. La tía decía que no era fanática... ¡joder!, si perdía el Barça, no nos daba de cenar. Claro, esto te da muchas ganas de que gane el Barça, y me influyó mucho. Más que nada por el hambre.

- ¿Y usted cómo celebra los títulos del Barça?

Casi me gusta más que pierda el Madrid, igual que ellos se alegran de que pierda el Barça... ¡Uy!. Se me ha escapado.

- ¿Debería Mourinho reírse más de sí mismo?

Hombre, ¡y tanto!. Pero al Mourinho le queda poco, porque quiere irse. Lo que quiere es la pasta y de fútbol me parece que no tiene ni idea. Es un chulo piscinas. Le importa un huevo el Madrid. Él, a ganar dinero, y a hacer imagen. Acordaos cuando estaba en el Barça: un colgao, un mindundi. No sé de qué va. Desconfía del que vaya de chulo. La gente buena es la más humilde. Mira el Serrat. Me gusta mucho el Serrat. Me encanta haberme hecho famoso por tener amigos así. El Sabina, el Santiago Segura... El día que montemos una mafia, ¡ríete tú de los chinos!

- Con Santiago Segura ahora volverá a salir en Torrente 5...

Sí, empezaremos a rodar el julio o agosto. El tío no para y cuenta conmigo. Y a mí me va muy bien, porque así me ven los chavalillos de 18 años, que cuando yo salía en la tele estaban dando vueltas por los huevos de su padre. Esto es científico, no es guarro. Sólo me conocen por los cameos de Torrente. El 'No te rías que es peor', aquél programa de chistes que hacíamos en la tele, hace ya 20 años que se acabó.

- ¿Qué es lo más raro que le ha pasado en un escenario?

En mi primera actuación se me puso un tío delante que me insultaba y yo me decía: '¿qué le pasa a este, es un guardia que me ha descubierto o qué?'. Yo no tenía tablas ni nada, vino la policía y se lo llevó. Siempre hay algún mamón al que no le gusta lo que hago. Tengo fans y detractores. Yo los respeto. A los fans, un besito, y a los detractores, que les den por saco. No se puede gustar a todo el mundo. Hay mucho hipócrita suelto. A veces actúo en un sitio importante y todos miran a ver si se ríe el presidente. Si se ríe, se ríen ellos también. Claro, entonces hago diez minutos y me largo. Cuando me lo paso bien estoy más de una hora.

- ¿Lee usted la prensa habitualmente?

Bueno, veo las fotos, los dibujos. Y los titulares. El mundo está 'jodío', todos van a la suya. Estamos rodeados de ladrones. El poder corrompe, y el que llega va a pillar. Es muy triste. Yo si pudiera les daba una patada en los huevos en medio de la plaza Catalunya. Y les hacía un juicio rápido. El que la hace, que la pague. Y que devuelva el dinero, así no tendremos que recortar tanto a la pobre gente.

- ¿Se presentaría usted a unas elecciones?. ¿Cuál sería su programa?

“¡Voten Barragán, no la cagarán!”. Repartiría entre mis amigos, eso por supuesto. Pero primero, los pobres, que nadie pase hambre. Y los niños, que tengan escuelas, que puedan comer y que nadie pase frío. Si no, ¿para qué te metes a político?. Claro que ya dicen que un político es un empresario 'fracasao'. Yo me dedico a hacer reír.

- ¿Y qué le hace reír al señor Barragán?

Pocas cosas. A los humoristas nos cuesta un poco que nos hagan reír. Como estamos 'acostumbraos' y ya nos sabemos todos los chistes... Me gusta el humor de Pedro Reyes, porque es surrealista, Faemino y Cansado, el José Mota tiene cosas buenas... aunque no me invita nunca a su programa, el mamón. Se lo he pedido varias veces, pero el tío pasa. No sé si es que no se acuerda o se cree que le chafaría el programa.

- ¿Qué se necesita para hacer un buen chiste?

Tener estilo propio, ser original y ya está. Y contarlo bien. Yo me he 'especializao' en guarro y de ahí ya no puedo salir. A la que quiero contar un chiste inteligente, la gente ya ni lo entiende. O no se lo espera. Quien me viene a ver ya sabe que saldrá la 'churrupaílla', o el 'ñogo-ñogo'... Es como quien va a ver el Barça, que seguramente ya sabe que lo va a ver ganar.

- ¿Y cuáles son sus hobbies?

Muchos. Hacer el sexo, pero eso ya se va acabando. Y en particular, restaurar motos antiguas, algún coche, cuando tenía más dinero. Cuando salía por la tele hacía muchas galas, ¿comprende?. Me gusta la fotografía, pintar, y sobre todo, hacer reír.

- ¿Cómo fue la infancia del señor Barragán?

Dura, en el colegio nos comían el coco, me cago en la leche. Sólo recuerdo hostias, cantar canciones falangistas... Y tomar de eso que nos daban los americanos, leche en polvo, porque era un cole de pobres, claro. Mi madre era portera, mi padre linotipista. La Antonieta y el Alfonso. El colegio este de los cojones... Mira si lo pasaba mal allí, que me preparaba unas tarjetas diciendo: 'ruego disculpen a mi hijo, que ha estado enfermo', y en realidad me iba con la cartera a pasear por Barcelona para no ir.

- ¿Hacía usted muchas gamberradas?

Qué va, a mí me gustaba dibujar. Dibujaba bien, y el profesor me decía: 'vete ya, acémila, que serás una acémila'. Y tú un hijo de p..., no se lo decía, pero lo pensaba. En vez de ayudarme... Y él estaba todo el día tocándose los huevos.

- ¿Y cuando creció, qué pasó?

Pues ya con la libertad empecé a ser feliz, y eso te da ganas de hacer feliz a los demás. Y ahí estamos. ¿Vale, majo?. Pues que te la pique un escarabajo.