Recuperando a Dembélé y Griezmann

Osumane Dembélé celebró su titularidad abriendo el camino de la victoria del FC Barcelona ante el Juventus

Osumane Dembélé celebró su titularidad abriendo el camino de la victoria del FC Barcelona ante el Juventus / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Koeman fue fiel a su sistema y a su personalidad. 4-2-3-1 con Pedri y, lo más significativo, con Griezmann y Dembélé. Con los dos delanteros franceses en el centro de las críticas y después de una derrota en Liga contra el Madrid, más valiente no se podía ser. Si le salía bien, perfecto; pero si le salía mal, le hubieran caído bofetadas por todos los lados. Máxime si hacer sitio a los dos cuestionados, comportaba dejar en el banquillo a Ansu Fati. Salió bien, muy bien diría yo. Dembélé y Griezmann agradecieron la confianza a su técnico dejándose la piel en el campo, presionando a los defensores italianos y sacando la calidad que tienen. A los dos minutos, Griezmann ya había estrellado un balón en el poste y al cuarto de hora, Dembélé adelantaba al Barça con un gol previo rebote en Chiesa, lo que no quita que fuera un golazo, por el recorte a su marcador, por cómo se acomodó el balón y cómo buscó y ejecutó el remate. Este es el Dembélé que queremos. También el Griezmann de ayer se reivindicó. Activo, asociativo y acertado, fue felicitado por Koeman al sustituirle. Gran detalle, para que no queden dudas.

ESPERANZA. 

Fue la noche de Antoine y Ousmane, por venir de donde venían, pero también una noche para la esperanza sobre el juego del equipo. Koeman hablaba el día anterior de encontrar el equilibrio y lo encontró con un buen juego posicional, velocidad de circulación y una mayor verticalidad. Y así se crearon más ocasiones que nunca y el marcador pudo y debió ser más amplio. Goles anulados a Morata al margen, hasta tres y todos por fuera de juego, lo cierto es que el Barça fue muy superior y dejó detalles muy reveladores. Los colectivos ya están enumerados, los individuales, además de Griezmann y Dembélé, han de incluir forzosamente a Pedri, que sigue creciendo a un ritmo extraordinario. Este triángulo y su asociación con Messi, gran generador de juego, firmó la rotunda superioridad barcelonista. Y, cómo no, también apareció Ansu Fati, que jugó poco pero fue determinante provocando el penalti del 0-2. En definitiva, este es el camino, en este Barça sí se puede creer. Esperemos que dure.