Jonas Vingegaard tardó más de un mes en hacer su debut en 2024 en O Gran Camiño, pero lo hizo a lo grande ganando de forma clara 3 etapas y la general final. El danés no tuvo rival en la carrera gallega, aunque sí que tenía grandes rivales como David Gaudu o Ruben Guerreiro.
También ganó de forma aplastante en su segunda cita del año que ha acabado este domingo, la Tirreno Adriático, una carrera italiana que suponía la primera gran prueba del año. El vigente campeón del Tour ganó dos jornadas de media montaña con dos ataques desde lejos.
Después de sus buenas sensaciones, el danés ha lanzado un claro aviso a sus rivales más directos para de cara al Tour de Francia “Creo que ahora estoy en mejor forma que en los dos últimos años”. Un mensaje de alerta a Pogacar, Evenepoel y compañía que demuestra el gran estado de forma de un líder del Visma que está decidido a conseguir su triplete de Tours.
Para algunos esta carrera era una primera preparación para las clásicas o el Giro. Para otros como Vingegaard era el primer gran test del año. Y, la forma de ver como respondían algunos de los rivales que se encontrará en sus próximas carreras: la Izulia y Critérium de Dauphine.
Carisma y ambición
Más allá de la superioridad y la innegable calidad del danés, si hay algo más que destacar de él es su forma de correr y encarar las carreras. Una mentalidad que hace recordar a leyendas de este deporte como Perico, Indurain o Contador. Leyendas que no tenían miedo ni a perder tiempo ni a nada.
Del mismo modo, a Vingegaard le caracteriza su ambición desmedida, esas ganas de no conformarse con conseguir el liderato yendo a rueda tranquilamente. El ataque a falta de 28,9 kilómetros para el final de la quinta etapa o el de la séptima en la subida del Monte Petrano son muestra de un coloso que piensa y actúa con ese carisma de los más grandes.
Una frialdad para tomar una sencilla, pero difícil decisión de arriesgarse a atacar. Ataque tras ataque que hacen recordar los que hacía Contador en Fuente Dé o los de Perico en Luz Ardiden en 1988.
Puro espectáculo de Vingegaard que no se conforma con acabar como líder en la etapa más importante de la Tirreno Adriático. Lo que está haciendo es digno de enmarcar y demuestra que es un grandísimo corredor.
