Barça-Messi, una unión con sentido común

Leo Messi, en una jugada del partido contra el Las Palmas

Leo Messi, en una jugada del partido contra el Las Palmas / sport

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El sentido común, curiosamente, es el menos común de todos los sentidos. Y cuando se pierde el sentido común, que es demasiado a menudo, nos dejamos llevar por una serie de pasiones con las que solo conseguimos hacer (y hacernos) daño. Hay que aplicar el sentido común, pues, siempre que se pueda. En la vida. En el trabajo. Y, especialmente, en la gestión. En la gestión de empresas, de personas y de sentimientos. En el fútbol, curiosamente, empresas, personas y sentimientos van unidos. Y aquí sí que el sentido común se hace imprescindible para no convertir esta mezcla en una bomba de relojería. Que es lo que ha pasado durante esta semana con la renovación de Messi. Demasiada pasión y poco sentido común. Sobre todo, como dijo Luis Suárez, el único sentido común aplicable en este caso es renovar a Messi sí o sí. O, lo que es lo mismo, cueste lo que cueste. Que costará... Aunque el presidente quisiera hacer gala el pasado sábado de que todo está atado y bien atado. Y, la verdad, es que no hay nada atado.

Hay, por supuesto, la voluntad inequívoca de ambas partes (club y jugador) de llegar a un acuerdo para que Messi amplíe y mejore su contrato con la intención de que finalice su carrera deportiva donde la empezó, en el Barça. Pero Bartomeu y el padre de Leo, Jorge Messi, todavía tienen que reunirse. Y todavía tienen que empezar una negociación que, está claro, no será nada fácil. Aunque ambos negociarán aplicando, precisamente, el sentido común. Un sentido común que les hará comprender que lo mejor para Messi y para el Barça es seguir unidos en esta aventura que les ha llevado a ser el mejor jugador y el mejor equipo del mundo. Unidos, Messi y Barça, son mucho más fuertes. Y sería absurdo desunir esta unión. Tendría muy poco de sentido común.