La testosterona es una de las hormonas más codiciadas entre el sexo masculino, por sus efectos ergogénicos, reproductivos y sobre la libido. Esta hormona también es necesaria en las mujeres, aunque en menores cantidades. La síntesis de esta hormona no solo decae con la edad, sino que hay otros factores que influyen en sus bajos niveles, incluso en gente joven. A continuación te contamos los efectos de la testosterona, las causas de sus déficits, y cómo mantener unos buenos niveles de testosterona de forma natural.
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La testosterona es una hormona derivada del colesterol, se sintetiza en los testículos (fundamentalmente) en los hombres, y en los ovarios y glándulas suprarrenales en las mujeres. Este proceso está regulado por un mecanismo de feed-back mediante el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal y suprarrenal, de manera que habrá mayor producción de testosterona cuando los niveles en sangre periférica estén bajos, y viceversa.
La producción de testosterona es mucho más baja en las mujeres que en los hombres, aunque hay casos en los que la mujer tiene un exceso, requiriendo un tratamiento médico.
Su síntesis comienza a decaer entorno a los 40 años de forma progresiva, y los efectos fisiológicos más destacados, estando en niveles adecuados, son los siguientes:
Comentaremos brevemente los esteroides anabolizantes, unas moléculas precursoras de testosterona que se suelen consumir sin criterios médicos, basándose en la utopía de conseguir el cuerpo ideal y dar la talla en el terreno íntimo. Frecuentemente, son adquiridos en establecimientos o sitios de internet, que no nos aseguran en absoluto la regularización de los mismos, poniendo en riesgo nuestro organismo.
Hay casos muy específicos en los que son prescritos por un médico especialista, siendo necesario un control muy estricto de las dosis, de los niveles sanguíneos, y de los signos y síntomas que el paciente pudiera ir desarrollando a lo largo del tratamiento.
Esto nos da una idea de los riesgos que conlleva este tipo de terapia, que no ocurrirían con una síntesis endógena adecuada. Pero, ¿cuáles son los riesgos? Hay una lista muy extensa de efectos secundarios por exceso de testosterona, por lo que destacaremos los más frecuentes:
Por todo ello, desaconsejamos tajantemente usar este método sin una supervisión médica para aumentar tus niveles de testosterona.
Lo primero que hay que preguntarse es, cómo saber si tu tasa de testosterona está baja. Podrías hacerte una analítica de sangre, que es mucho más específica, pero hay ciertos aspectos fisiológicos que delatan esos bajos niveles:
Como norma general, un hombre sano tendrá unos niveles óptimos de testosterona si siente cada mañana una vigorosa erección, ya que es el momento del pico hormonal. La ausencia de este fenómeno matutino sería la prueba de oro para confirmar que los niveles no son adecuados. Si esta fase está intacta, pero hay falta de erección a lo largo del día, podría ser causado más bien por estados de ansiedad o estrés.
Otro aspecto que puede estar afectado es la libido y la infertilidad, tanto masculina como femenina.
La testosterona es una hormona que ayuda a aumentar la potencia muscular, por lo que una respuesta anómala con los esfuerzos físicos, podría tener su origen en unos niveles bajos de testosterona.
La testosterona es uno de los factores claves en la recuperación muscular, y es sobre todo durante la noche cuando ejerce la mayor parte de sus procesos reparativos. Si a pesar de dormir bien, la recuperación es más tardía y menos eficaz, pudiera ser que los niveles de testosterona no sean los adecuados.
Un déficit de testosterona disminuye la masa muscular y, a su vez, también la densidad ósea, pudiendo haber mayor riesgo de fracturas.
La testosterona influye en los niveles de neurotransmisores implicados en el estado de ánimo y de la conducta. Podríamos sospechar de bajos niveles si detectamos estos síntomas, siempre habiendo descartado otras causas psicológicas, carencias nutricionales o perturbación de la flora intestinal que disminuirían la síntesis de neurotransmisores.
El origen de este déficit suele ser multifactorial, por lo que habría que abordar en paralelo varios aspectos. No hay que olvidar que siempre hay que descartar causas orgánicas, por lo que no dudes en acudir a un médico especialista.
Veamos las principales causas de tener bajos niveles de testosterona:
Hay nutrientes que son esenciales para una correcta síntesis de testosterona, siendo los más importantes los citados a continuación:
El alcohol, el tabaco y las drogas son también responsables de la bajada de niveles de testosterona. Su impacto va a depender de la cantidad de su consumo y la duración en años. Están implicados varios mecanismos, teniendo como denominador común el aumento de la prolactina, una hormona que bloquea la síntesis de testosterona.
El alcohol también aumenta la actividad de la aromatasa, una enzima sintetizada en el tejido adiposo, que aumenta la degradación de la testosterona en estrógenos.
El tabaco ejerce un ligero aumento de los niveles de testosterona a corto plazo, por inhibición de la aromatasa, sin embargo, a largo plazo, ejercerá un efecto contrario al dañar los órganos responsables de su síntesis: las gónadas.
Algunos fármacos pueden disminuir o suprimir la síntesis de testosterona, como los opioides para el dolor, la quimioterapia, los antidepresivos o los anticonceptivos.
Una exposición excesiva a estas moléculas, va a causar una disrupción de la síntesis de testosterona, y la disminución de su efecto sobre sus receptores. Algunos de ellos son:
Un exceso de cortisol, sobre todo de forma crónica, cortocircuita el eje hipotalamo-hipofisario-gonadal y suprarrenal, disminuyendo la síntesis normal de testosterona.
La síntesis hormonal tiene un ciclo circadiano, siendo su máxima concentración a primera hora de la mañana, en torno a las 6 a.m., y disminuye de forma progresiva hasta el final del día. Es de nuevo durante la noche, cuando los niveles vuelven a subir de forma gradual hasta que nos despertamos.
Un descanso, generalmente nocturno, con escasas horas o poco eficiente (como ocurre con la exposición excesiva a pantallas o a radiaciones, un consumo excesivo de estimulantes como el café o padecer de apnea del sueño), van a provocar una mala recuperación de los niveles de testosterona nocturna.
Los deportes de resistencia son los que más van a provocar una caída en los niveles de testosterona, y se recrudecerá a mayor duración del esfuerzo. Esto se debe al estrés sometido a nivel muscular, a un déficit de peso corporal que normalmente conlleva esta práctica deportiva, y a un efecto en la pérdida de sensibilidad de los receptores de testosterona. En cambio, los ejercicios de corta duración con potencia e intensidad, aumenta su síntesis y su mejor respuesta en sobre sus receptores.
Podemos imaginar cómo decaen los niveles de testosterona en ciclistas profesionales tras cada etapa del Tour de Francia, o en los atletas maratonianos tras una competición. Es por ello que tienen unas rutinas específicas para optimizar la pronta recuperación de sus niveles hormonales.
Tener un elevado porcentaje de tejido graso, va a disminuir los niveles de testosterona, debido a la mayor concentración de la aromatasa, una enzima producida en los adipocitos que va a transformar la testosterona en estradiol, lo que hará disminuir los niveles de testosterona. Esta situación es complicada de revertir cuanto más se perpetúe en el tiempo, ya que a menos cantidad de testosterona menos efecto habrá contra el sobrepeso, más aromatasa, y más inhibición de síntesis de testosterona.
El porcentaje de tejido graso, va a modular la producción de leptina, otra hormona sintetizada por los adipocitos, actuando como reguladora de la saciedad e indicadora del estado de nuestras reservas energéticas. De esta manera, a menor cantidad de porcentaje graso, menos leptina se sintetizará, y si llega a porcentajes muy bajos, alertará al cerebro de que se está pasando por un periodo de escasez, poniendo a nuestro organismo “en modo de supervivencia”, inhibiendo la síntesis de testosterona que está ligada a funciones fisiológicas que no son vitales, como es la sexualidad y la reproducción.
Siempre que no haya una causa orgánica diagnosticada, podemos aumentar de forma natural nuestros niveles de testosterona.
Los alimentos que mejoran los niveles de testosterona, son aquellos ricos en:
Esta práctica aumenta los receptores para que la testosterona actúe mejor, pero este efecto se producirá siempre y cuando no haya un déficit calórico, ya que el bajo índice de masa corporal, va a contrarrestar la síntesis de testosterona.
Abstenerse de fumar, de consumir alcohol y drogas, mejorarán tus niveles de testosterona.
El descanso nocturno es un periodo importante a muchos niveles fisiológicos, y la síntesis hormonal está muy condicionada a la calidad del mismo. Es por ello que debemos adoptar hábitos para minimizar una perturbación del sueño: cenar ligero y temprano, evitar bebidas alcohólicas y bebidas estimulantes al final del día, evitar el uso de las pantallas y dispositivos electrónicos antes de dormir, evitar una actividad física intensa al final del día, mantener nuestra zona de descanso lo más limpia posible de ondas electromagnéticas, de olores fuertes o exceso de calor, y descartar apneas del sueño si se objetivan ronquidos.
Respecto a la duración del sueño, se aconsejan al menos 7 horas de descanso nocturno, para obtener su efecto beneficioso.
Hay deportistas de élite que tienen muy arraigado el hábito de dormir tras cada sesión de entrenamiento y tras cada competición, incluso algunos utilizan tecnologías que limpian de radiaciones y partículas ionizantes el ambiente en la zona de descanso nocturno.
Ya hemos comentado que el cortisol disminuye la producción de testosterona, por lo que es necesario tomar medidas como practicar deporte, el contacto con la naturaleza, dedicar tiempo a placeres personales, ingerir alimentos (o suplementos) ricos en magnesio y taurina que van a mejorar la síntesis de GABA.
Si fuera necesario, deberíamos solicitar ayuda por un profesional de la salud mental, ya que el estrés y la ansiedad también pueden desembocar en estados depresivos, que afectarían, igualmente, a la síntesis de testosterona.
Este tipo de actividad física va a aumentar la síntesis de testosterona, así como la sensibilidad de sus receptores musculares. Por lo que, combinarlo con deporte de resistencia, sería una opción muy eficaz para mantener un porcentaje de masa corporal y niveles de testosterona adecuados.
Hay indicios científicos, aunque no validados, que auguran que someter los testículos al frío de forma intermitente, y durante breves periodos de tiempo, aumenta la producción de testosterona. Esta teoría está basada en el método de Wim Hof.
Tener unos valores óptimos de testosterona brindan a nuestro organismo unas condiciones fisiológicas ideales para desempeñar sus funciones correctamente.
Un déficit de testosterona puede estar relacionado con muchos de los malos hábitos que adquirimos, pero siempre hay que descartar una causa orgánica con un especialista médico.
Teresa Calvo Iglesias – Médico especialista en Neumología con más de 10 años de experiencia en el ámbito internacional. Mi pasión por la nutrición y los hábitos saludables me llevó a formarme como Terapeuta Nutricional. Integro estas fuentes de conocimientos aplicando la biotecnología basada en estudios epigenéticos, para reestablecer su organismo de forma personalizada. https://doctoracalvo.com/