Rigoberto Urán explica la diferencia entre un ciclista europeo y uno sudamericano
Proclamarse campeón del Tour de Francia es un privilegio para los ciclistas protagonistas y su equipo. Después de las tres intensas semanas de carrera vienen el podio de París y los posteriores baños de masas como el que recibió el último ganador, Jonas Vingegaard que lo celebró el 26 de julio en su tierra natal en la capital de Dinamarca, Copenhague.
Las celebraciones posteriores a las grandes victorias quedan para el ámbito más personal y familiar. Pero el danés no se podía olvidar de la bicicleta, ya que tenía como próximo objetivo la Vuelta a España en menos de un mes.
A los pocos días, la mayoría de los últimos ganadores, se han puesto otra vez el maillot para volver a los entrenos como Tadej Pogacar que después de ganar el Tour en 2022 se preparó las carreras italianas que luego consiguió: Il Lombardía y Tres Valles Varesianos.
En cambio, otros ciclistas podrían alargar demasiado las celebraciones, según afirma Rigoberto Urán. El colombiano del EF Education-EasyPost habló sobre la gestión de éxito en una conferencia, mientras diferenciaba posibles reacciones de un ciclista europeo con uno sudamericano.
[VIDEO] “Un ciclista Europeo se gana el Tour de Francia y al otro día está en su casa desayunando normal, un Suramericano se lo gana y son ocho días de borrachera” Rigo #Rigo #RigobertoUran #Ciclismo pic.twitter.com/xXrQTPFWRG
— Paisadeportes (@paisadeportes) September 28, 2023
No es de extrañar dichas declaraciones de un ciclista que, dejando de lado el ciclismo y su experiencia como subcampeón del Tour en 2017, destaca por dejar titulares que invitan a la reflexión.
Escuchando a Rigoberto a nadie se le escapa las distracciones que conlleva el éxito, toda una tentación cuando todo va bien. Sin embargo, la situación puede dar un giro brusco cuando los resultados no acompañan. La fama y el dinero se desvanecen rápidamente, dejando a los deportistas de alto nivel en una posición vulnerable para una alta competición que requiere de humildad y disciplina, incluso en los momentos de éxito.
De hecho, es posible que nadie se imagine a Vingegaard o Pogacar celebrar el Tour con grandes excesos.