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La historia de Biniam Girmay, el primer africano en ganar una gran clásica

La historia de Biniam Girmay, el primer africano en ganar una gran clásica
Biniam Girmay ganó la Gante-Wevelgem 2022 - Foto: Intermarché-Wanty-Gobert

Biniam Girmay hizo historia del ciclismo al convertirse en el primer africano en ganar una clásica de entidad y en el primer eritreo en triunfar en una prueba del World Tour. 

El ciclista de tan solo 21 años se impuso en un sprint reducido al francés Christophe Laporte en la Gante-Wevelgem, prueba que han ganado leyendas de este deporte como Eddy Merckx, Tom Boonen, Peter Sagan o Mario Cipollini. 

Pero ahora, los adoquines se abren, aún más, al mundo y llegan al ciclismo africano que, poco a poco y con ciertas dificultades, va ganando terreno y va aportando profesionales de primer nivel. 

“Ha cambiado mucho para mí, pero esto significa que hay un futuro brillante para los ciclistas africanos. Esto es increíble. No me lo esperaba. De hecho, mis planes con el equipo cambiaron hace solo unos días. Vine aquí [a la Gante-Wevelgem] a buscar un buen resultado, pero ¿esto? Es increíble”, expresó Girmay después de ganar con su equipo, el Intermarché-Wanty Gobert. 

Pero, ¿quién es Biniam Girmay, este sprinter y clasicómano eritreo campeón de la Gante-Wevelgem con 21 años? ¿Cuál es su historia y su relación con el ciclismo?

Nacido a 2.300 metros sobre el nivel del mar

Biniam Girmay nació el 2 de abril del año 2000 en Asmara, la capital de Eritrea, país africano situado al noreste de África y que comparte frontera con Sudán, Etiopía y Yibuti. 

Asmara es una ciudad con casi 600.000 habitantes y está situada a unos 2.300 metros sobre el nivel del mar, algo que beneficia a los deportistas de fondo porque ya nacen “en altura”.

Pero para entender la importancia del ciclismo en este país y el motivo de que corredores como Girmay hayan podido triunfar en la actualidad en un deporte poco extendido en el continente africano, nos tenemos que remontar al siglo pasado. 

Eritrea fue una colonia italiana. Fueron los italianos que llegaron allí los que avivaron la pasión por la bicicleta. Y, con los años, el ciclismo se ha convertido en uno de los deportes reyes de Eritrea.

Su padre le compró la primera bici

La afición de Biniam Girmay por la bicicleta la encontramos en su familia. Concretamente, en su hermano mayor y en su padre. Cuando tenía 10 años, Girmay prefería jugar al fútbol, como muchos otros niños. Pero su hermano montaba en bicicleta y su padre le animó a probarlo y a disputar alguna de las múltiples carreras que se organizaban en Asmara ya con 13 años, como explicaba en una entrevista al portal Cyclingtips. Y no se equivocó. 

Con la bicicleta de su hermano, empezó a sentir la pasión por este deporte. Pero más tarde, su padre le compró la suya propia con el dinero que ganaba. “Recuerdo que era muy cara. Mi padre tiene un pequeño negocio de carpintería y yo le acompañaba a veces. Era un paseo de 10 kilómetros solo para ir al trabajo, pero eso despertó la motivación”, recordaba. 

El salto a Europa

Girmay tuvo la oportunidad, la suerte y el talento para entrar en el Centro Mundial de Ciclismo de la UCI, un centro del alto rendimiento para jóvenes promesas de todo el mundo que el máximo organismo internacional tiene en Suiza. Algo que cambió su carrera por completo y que le abrió, de par en par, las puertas del viejo continente. 

Tenía 17 años cuando aterrizó en Europa y en una de sus primeras carreras juniors plantó cara y venció a Remco Evenepoel. Pero no todos los ciclistas eritreos tienen estas oportunidades. La dictadura que gobierna Eritrea no permite a muchos corredores salir del país para competir y que puedan hacer carrera. 

Pero sus cualidades y su proyección de futuro llamaron la atención a más de uno. El primer equipo profesional interesado fue el Delko Pro Team, después de sus actuaciones en la prueba La Tropicale Amissa Bongo disputada en Gabón, donde superó en un sprint a corredores como Niccolo Bonifazio o André Greipel, y en el Tour de Ruanda de ese mismo 2019, cuando ganó la quinta etapa. Actuaciones que le valieron para ser nombrado mejor ciclista africano al año siguiente. 

Biniam Girmay en el Delko
Biniam Girmay con el Team Delko – Foto: M.Casamance

En 2021, el Delko pasó por problemas económicos y liberó al corredor. Fue entonces cuando hizo el salto al Intermarché – Wanty – Gobert Matériaux, con un contrato de cuatro años. Un movimiento que coincidió con la medalla de plata que logró en la prueba en ruta de los Campeonatos del Mundo sub-23 celebrados en Flandes.

Sus últimas grandes actuaciones

El ciclista eritreo escogió el Intermaché, a pesar del interés de otros equipos más destacados, para tener más opciones de disputar carreras. Y, hasta la fecha, parece que no se ha equivocado. Además, el hecho de mudarse a San Marino con otros compatriotas como Natnael Berhane, Amanuel Ghebreigzabhier (Trek-Segafredo) o Natnael Tesfatsion (Drone Hopper), le ha ayudado en su adaptación.

Biniam Girmay ya suma siete victorias profesionales en su palmarés, además de la plata en los mundiales sub-23. Y tres de ellas en Europa: en 2021 ganó la Clásica Grand Besançon Doubs en Francia, mientras que este 2022 se impuso en la segunda prueba del Challenge de Mallorca en España, el Trofeo Alcudia-Port d’Alcudia, y obviamente, en la Gante-Wevelgem.

Pero no solo eso, también ha dejado destellos de su calidad y su savoir faire en París-Niza, en la Milán-San Remo con un 12º puesto y en la clásica E3 Saxo Bank con un top 5. 

Tipo de ciclista

A diferencia de la mayoría de ciclistas eritreos, que se caracterizan por sus dotes escaladores, Girmay es un clasicómano en toda regla. Es un gran rodador, que domina muy bien la colocación y tiene una punta de velocidad ideal para esprints reducidos, como ya ha demostrado en los mundiales y en Bélgica.

A pesar de ganar Gante-Wevelgem, su preparación pasa ahora por el Giro de Italia, su gran objetivo de la temporada y la que será su primera Gran Vuelta.

Un tipo familiar

“Para mí, mi familia es lo primero, incluso más que la bicicleta, así que tengo que cuidarla. Los últimos tres meses, mi mujer se ha ocupado del bebé y de todo. Estoy en buena forma, pero sigo mi plan”, comentó el eritreo después de su victoria más importante. Así pues, Biniam Girmay, antes de encarar el Giro ha vuelto a su país para descansar y cargar pilas, donde ha sido recibido como un ídolo. 

El ciclismo africano ha llegado para quedarse en lo más alto. Ahora solo falta dar más recursos a los jóvenes talentos como pasó en su día con Girmay. Los Mundiales del 2025 de Ruanda, los primeros que se celebraran en África, serán una oportunidad.


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