Es hijo de un ciclista que llegó a ganar la etapa de Pau en el Tour de Francia. Se llama Jokin Murguialday y corre en el Caja Rural Seguros RGA. “A mi edad se puede o no tener prisa. Yo prefiero no tenerla”.
En realidad, lo más importante en la vida es tener las ideas claras. Da la sensación de que Jokin Murguialday (Vitoria, 2000) las tiene. Él lo ha apostado todo por el ciclismo. Pero no siente prisa por llegar a la cima. “Sé que cada vez hay vencedores más jóvenes, pero a mí eso no me agobia. Yo sigo mi camino”.
Hijo de ciclista.
Me he acostumbrado, ya me ha acostumbrado.
Su padre dejó el listón alto.
También me he acostumbrado a eso y me gusta. El hecho de que él anduviese bien es una motivación que, además, le ha permitido enseñarme muchas cosas.
¿Y qué le ha enseñado?
Gracias a él, estoy en el ciclismo. Cuando era chaval creo que me lo enseñó todo. Yo no sabía nada. Mi padre fue mi entrenador en cadetes, en infantiles. Él me llevaba a las carreras. Debido a él, aprendí que en el ciclismo existían los abanicos y los relevos.
Y luego a la hora de comer, ¿seguían hablando de eso?
No, nunca. No era nuestra forma de ser. Además, de chaval no me gustaba hablar de ciclismo. No veía ni siquiera las carreras. Así que a la hora de comer lo hacíamos viendo el telediario o viendo Los Simpson.
¿Le gustan Los Simpson?
Bastante.
¿Y qué aprendió de Bart?
Le copiaba todas las travesuras.
¿Por ejemplo?
Me gustaba llevar animales al colegio, petardos. Si yo le contase, me han caído mis buenas broncas. Pero era un niño. No tenía conciencia de lo que hacía. Otra cosa es que hoy reconozco que era un pieza.
¿Y ahora de ciclista?
Nada. Ahora, la vida no tiene nada que ver: ya no puedo hacer travesuras. Esa época ya pasó y la recuerdo con cariño. Pero ahora con 23 años mi deber es tener la cabeza bien amueblada. He aprendido estos últimos años que la vida es difícil. Primero, con el covid y ahora con la sequía.
¿Y para usted es difícil la vida?
Le diría que no. A los 23 años, tengo un trabajo que me gusta y no puedo pedir más. Pero tengo los pies en el suelo. Sé que aún estoy aprendiendo y que me queda todo el camino por delante.
Pero ya ha sido jefe de filas.
Sí. He tenido esa suerte. Pero a mi edad, aún siendo jefe de filas, no eres el que dirige. Sé cual es mi sitio. No soy un veterano y no tengo ninguna prisa. El día de mañana pasará lo que tenga que pasar. Pero a mí no me va a poder la impaciencia.
¿Le obsesiona el peso?
No, no, tampoco. No me cuesta trabajo. Estoy casi todo el año en el mismo peso. Me gusta cuidarme en la comida. No me supone ningún sacrificio. Tenemos huerta en casa, frutales. Siempre hemos comido muy natural. No me gusta la bollería. Y, a lo largo del año, como mucho puedo tomar algún croissant que tiene buena pinta en un buffet.
A los 23 años le veo muy tranquilo.
Pero es que esto depende de la persona. A mi edad se puede tener prisa o no. Yo prefiero no tenerla y mire que he apostado todo por el ciclismo de alto rendimiento. Le dedico mucho tiempo a esto. Hace dos años tomé esa decisión. Desde entonces, no me ha ido mal. No le puedo decir que gane mucho dinero, pero sí gano para sobrevivir.
¿Y no piensa volver a estudiar?
No sabría responder. Nunca se sabe. Ahora prefiero pensar que estoy a gusto como estoy. Pero nunca se sabe en el futuro. Mi padre fue taxista después de dejar el ciclismo. Insisto en que no lo sé. Pero sí sé que de ciclista aprendes a trabajar duro.
¿Qué es lo peor de ser ciclista?
Igual cuando estás mal de forma. Cuando no le salen las cosas bien. Los ciclistas también podemos tener problemas de alimentación, de rendimiento. Hasta problemas personales. Soy joven pero he conocido gente que los ha tenido y es una enseñanza, sí, claro.
¿Y no le asusta?
No, porque todos los ciclistas van a tener problemas. De uno u otro modo. Pero siempre los habrá. La cosa es superarlos y disfrutar el momento como yo hago ahora. Las alergias me han obligado a parar. Pero ahora ya voy a empezar a preparar las carreras de cara al verano.
¿irá a la Vuelta a España?
No lo sé.
¿Y ganará la etapa en el Tour en Pau que ganó su padre?
Si se pudiera me encantaría. El Tour es la mejor carrera del mundo. Pero aún me queda camino. Todavía me dicen que tengo patas de niño. No estoy muy desarrollado para los 23 años que tengo. Pero ya se verá lo que pasa en el futuro. El tiempo dirá.
