Bradley Wiggins, fiel a su forma de ser, se sigue apuntando a un bombardeo. Ahora, hace las entrevistas para Eurosport al final de las etapas en el Giro de Italia.
No es un periodista al uso. Hasta puede que sea el único periodista de los acreditados en el Giro que aparece sin ningún rubor frente a la cámara con una lata de cerveza. Pero entonces no sería Bradley Wiggins, que fue el primer británico en ganar el Tour de Francia en 2012. Un ciclista que, además, tiene una biografía inigualable en los JJOO con siete medallas en pista (Atenas 2004, Pekin 2008, Londres 2012 y Río 2016).
Hoy, Bradley Wiggins es un hombre de 42 años que, igual que hizo en el último Tour, realiza un trabajo absolutamente periodístico en el Giro para Eurosport. Durante la etapa va en moto de copiloto y en la meta entrevista a los ganadores con ese sello suyo tan inconfundible: ya solo su propio aspecto lleno de tatuajes (con un tren superior tan fortalecido en el gimnasio, en las antípodas del ciclista que fue) llama muchísimo la atención. Es más, a primera vista, rapado y barbudo, no es tan fácil de reconocer.
Alejado de la vida contemplativa, Wiggins siempre defendió que la vida es para vivirla. Y lo que no intente él no lo va a intentar nadie. Máxime desde que se separó de su esposa tras 16 años de relación. Desde entonces, se apunta a un bombardeo y, según como se levante, cambia de aspecto. Pero raro es el día que se queda en casa, sin hacer nada viendo la televisión. No sería Wiggins, el ciclista de pista que un día se prometió que él podía ganar un Tour de Francia. Y lo ganó.
Tras acabar su carrera ciclista, intentó durante algunas semanas convertirse en remero de élite e ir a los JJOO de Tokio y empezó los estudios de Trabajo Social. Ahora, tiene un podcast y cuando se pone serio da gusto escucharle hablar de ciclismo. Como dice él, es el deporte que ama y en la moto se lo pasa como un niño a los 42 años.
Eurosport le ha ofrecido esta oportunidad y él no deja indiferente a nadie. Es capaz hasta de mandar callar a un director deportivo y quedarse tan ancho. Pero así es Brad y su arrolladora personalidad. No te lo imaginas en silencio. Y tiene mérito ser tan feliz trabajando. Otros dicen que la moto es muy sacrificada. Pero para él es una diversión.
