HISTORIA SPORT

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Balonmano

Dinamarca, un ejemplo realmente imposible para el balonmano español

El país escandinavo siente devoción por el balonmano, que está muy presente en los colegios y en la vida de las familias

Gidsel es un ídolo nacional para los daneses

Gidsel es un ídolo nacional para los daneses / AP

David Rubio

David Rubio

En diciembre de 2023, SPORT vivió 'in situ' las semifinales, la lucha por la tercera plaza y la final del Mundial femenino de balonmano en el templo del Jyske Bank Boxen de Herning, una ciudad de apenas 50.000 habitantes en el centro de la Península de Jutlandia que vive de las ferias.

Lo vivido en tierras danesas invita a la reflexión para entender, asimilar y apuntar cómo un país que no llega a seis millones de habitantes acaba de conquistar su cuarto oro consecutivo en el Mundial masculino con el azulgrana Emil Nielsen sentando cátedra en la portería y con Mathias Gidsel (Füchse Berlin) como ejecutor.

El 15 de diciembre, más de 12.000 espectadores asistieron a la derrota danesa en la prórroga por 28-29 ante Noruega con una impresionante Henny Reistad (15 goles). De ellos, tan solo se marcharon 4.000 antes de la otra 'semi' en la que Francia venció a Suecia. El domingo 16, 12.000 almas siguieron el bronce de Dinamarca y el oro de Francia.

Entre los dos partidos y desde horas antes del primero, miles de personas jugaron a balonmano en una feria dentro del pabellón. Hubo partidillos entre padres e hijos, juegos de potencia de lanzamiento, concursos de siete metros y un show difícil de entender para la afición española. ¡Y era el Mundial femenino!

Dinamarca está enamorada del balonmano

Dinamarca está enamorada del balonmano / EFE

El tristemente fallecido presidente de la Federación Danesa, Morgen Stig, explicó a SPORT (y a 'Inside The Games') que todo era fruto de una potente cultura balonmanística que se mama en los colegios y no excluye a nadie. "Queremos que todos los niños participen, porque así habrá más donde elegir el día de mañana", decía en diciembre de 2023 (murió el pasado noviembre).

España debe mirarse en ese modelo en cuanto a formación y captación de talentos, aunque lo cierto es que ya lo hace con sus recursos la Real Federación Española (RFEBM) con su presidente Paco Blázquez a la cabeza y con el seleccionador Jordi Ribera como controlador de todo el proceso.

Una parte de la prensa exige al balonmano español rendimiento y medallas, pero olvida la situación real de un deporte que malvive con apenas unos centenares de aficionados en buena parte de partidos de la Liga Plenitude ASOBAL y con equipos incapaces de fichar figuras a excepción del Barça.

Emil Nielsen, un portero de otro planeta

Emil Nielsen, un portero de otro planeta / EFE

Por eso el cuarto oro de Dinamarca es un espejo en el que mirarse, aunque sin perder la cabeza y siendo muy conscientes de que los Hispanos Júnior lograron en oro en los dos últimos Mundiales.

La nueva generación con los Cikusa, Ian Barrufet, Carlos Álvarez, Ferran Castillo, Víctor Romero y compañía irá a más. Las cosas se están haciendo muy bien pese a lo sucedido en Oslo. El próximo Europeo ya será otro cantar.