Llega el verano, las temperaturas se disparan y no queremos dejar de salir a montar en bici. Sin embargo el calor no perdona y no seguir ciertas pautas puede llegar a ser incluso peligroso para los ciclistas.
Por eso, antes de que empiece el calor más duro en pleno verano, queremos recordar algunos consejos que quizá conozcas, pero que siempre va bien recordar, para que montar en bici durante los meses estivales no se convierta en un suplicio.
La hora de salida
Empezamos con algo esencial: elige las mejores horas del día. Durante el verano los días son más largos y, como ya sabes, las horas más calurosas son las centrales, entre las 12:00 y las 17:00 aproximadamente. Es decir, aprovechando esta gran cantidad de horas de sol lo mejor es salir a primera o a última hora del día para evitar las máximas temperaturas.
Si vas a apurar la luz, no olvides algún elemento reflectante y, evidentemente, luces delanteras y traseras.
Ropa
Ten en cuenta el color de la ropa. Las prendas más oscuras absorben más calor, por lo que será fundamental utilizar ropa de colores claros.
Además, lleva maillots que se abran completamente, así en los momentos de más calor el aire refrescará toda la parte frontal de manera más eficiente.
Líquido
Otro consejo de perogrullo: bebe mucha agua. Si puedes lleva 2 bidones de alta capacidad y recuerda beber habitualmente para evitar la deshidratación.
Por otro lado, si hace mucho calor será buena idea llevar un bidón con agua congelada. Si hace mucho calor, es probable que se descongele durante la primera hora de la salida, de modo que después de esa primera hora podrás beber agua fresca.
Otro consejo esencial: acuérdate de beber antes de salir. Empezarás a sudar al poco tiempo de empezar a rodar, de modo que ese aporte extra de líquido antes de empezar la actividad física tu cuerpo te lo agradecerá.
Por último, si llevas agua de sobra ten en cuenta que podrás echarte por la cabeza y el cuerpo para refrescarte.
Ruta elegida
Analiza cuál va a ser el recorrido que hagas y las posibles zonas de sombra que vayas a recorrer. De esta manera podrás dosificar tanto la cantidad de agua como el esfuerzo que hagas.
Además, intenta que las rutas no sean las más duras a las que estés acostumbrado. Haciendo un sobreesfuerzo es más posible que puedas llegar a desidratarte, tener una bajada de tensión, un golpe de calor, etcétera.
Has de tener en cuenta que con calor el cuerpo no rinde igual que en condiciones óptimas de humedad y temperatura, por lo que no será buena idea forzar la ruta e intentar llegar al máximo de kilómetros y desnivel.
