FINAL COPA REY: ATHLETIC-FC BARCELONA

Final de Copa: El Camp Nou fue rojiblanco por un partido

La afición del Athletic Club fue mayoría en el Camp Nou y tiñó de rojiblanco la jornada copera en Barcelona

Panorámica del Camp Nou en la final de la Copa del Rey

Panorámica del Camp Nou en la final de la Copa del Rey / sport

Juan Manuel Díaz/ Sergio Vera

Resultó una sensación extraña para el socio o aficionado culé que acudió a su estadio para presenciar una final de la Copa del Rey en la que su equipo se enfrentaba a un rival que por cosas de la edad -más antiguo- ocupaba el vestuiario local.

Esta fue la historia del Athletic-Barça durante toda la jornada, por las calles de Barcelona, en los alrededores del Camp Nou y en la grada: una mayoría de aficionados vascos que, además, vivieron el duelo como una auténtica final. Con desplazamiento incluido, larga jornada por las calles de la ciudad y procesión hasta el estadio para calentar motores una hora y media antes.

Enfrente se encontró con una afición blaugrana con resaca de campeones del título liguero y con un ojo puesto en la final de Berlín. Ilusionada con el triplete pero extrañada por vivir un partido 'neutral' en campo propio.

Así, cuando la 'Gent Blau Grana' fue llegando al Estadi sobre las nueve de la noche descubrió que dos tercios del coliseo estaban pintados de rojiblanco; y cuando Ter Stegen salió a calentar recibió más pitos que aplausos mientras que Iago Herrerín y sus compañeros del Athletic Club recibían una ovación atronadora.

Contra este ambiente un tanto extraño tuvo que jugar también el equipo de Luis Enrique Martínez, que sintió por momentos que la nevera de su casa y el mando de la tele del comedor estaban controlados por un visitante.

Mientras que los seguidores del Athletic Club soñaban con las que podrían armar si su flamante San Mamés tuviera el doble de capacidad, los seguidores del Barça hicieron todo lo posible por demostrarle a MessiNeymarIniesta y el resto de los suyos que no, que no se habían convocado. Era su Camp Nou. Otra cosa fue, después, el fútbol. Con el balón en juego, juegan once contra once aunque en la grada haya otras cien mil personas.