La rivalidad de Nairo Quintana y Chris Froome forma parte de las más legendarias del ciclismo. Ambos fueron rivales durante la pasada década y cada uno sufrió al otro en las Grandes Vueltas.
Pero, por encima de la rivalidad ambas estrellas, se tenían un respeto mutuo. Almenos, así lo afirmaba el colombiano para Directv Sports.
“La relación fue con mucho respeto, más que compartir, teníamos una simpatía, con respeto siempre”.
El pulso particular entre los dos lo dominó el británico con 4 Tours (2013, 2015, 2016 i 2017) ante un Nairo que conquistó la Vuelta de 2016.
La buena relación, tanto en lo profesional como en lo personal se mostró en los Tour y Vueltas que disputaron.
El colombiano explicó que tenían una relación buena mientras daban el máximo para ocupar el trono mundial del ciclismo.
“Él en su equipo y yo en el mío, los dos guerreando a tope, así se dieron las cosas”.
Dos estilos
Los dos ciclistas aprovecharon su estilo encima de la bicicleta para derrotar al otro.
El colombiano era capaz de escalar las subidas más empinadas de los Alpes y los Pirineos dando exhibiciones como la del Alpe d’Huez (2015). El imparable Sky no pudo seguirle.
Froome metódico, fiel a su ritmo y sus vatios calculados pudo derrotar a Quintana en varias ocasiones como en la sorprendente bajada del Peyresourde (Tour 2016).
En definitiva, una de las cosas más fascinantes de esta rivalidad es que cuando se enfrentaban, Nairo vivía uno de sus mejores años mientras que el experimentado Froome ya estaba asentado en el pelotón.
