Todo empezó en Monza. En el circuito. Un reto gigantesco: Bajar de las dos horas en maratón. Algo que el hombre jamás había logrado antes. Eliud Kipchoge se enfrascó en ello a pesar de saber que el crono no iba a ser homologado por no cumplir con los criterios establecidos para ello. El famoso ‘Breaking 2’ de Monza no acabó de la manera soñada (hizo 2:00:25), pero sí marcó el inicio de una era gloriosa y en la que Eliud decidía cambiar la historia del maratón. Con pandemia de por medio, el keniata se ha ido planteando desde 2017 muchos retos. La mayoría de ellos los ha cumplido. Como el último, el Récord del Mundo en Berlín.
Y no se entendería este último lustro glorioso de Kipchoge sin las zapatillas. Un asunto que ha ido adquiriendo una magnitud gigantesca. Placas de carbono, innovaciones imparables. Siempre fiel a Nike, la marca que lo viste y le acompaña, Eliud ha ido luciendo siempre prototipos de modelos, algunos de los cuales prototipos no homologados pero puestos a la venta con alguna variación, y otros que sí han salido al mercado y acabado llevando los demás corredores de élite de la marca. Y muchos otros ‘amateur’ claro. Porque hoy en día vas a un 10k popular o a cualquier prueba en ruta y los aficionados quieren lucir lo que ven en sus ídolos y que funciona de maravilla.